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Columna
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La mirada que cambia la realidad

La realizadora argentina María Victoria Menis reflexiona sobre la belleza y la fealdad en la La cámara oscura, que se ha convertido en uno de los estrenos del año en Buenos Aires

Soledad Gallego-Díaz

La sociedad argentina es, probablemente, una de las sociedades latinoamericanas en las que la belleza, entendida como lo que se ajusta a unos cánones o normas bastante estrictos, tiene un mayor peso. Se regalan operaciones de cirugía estética en los cumpleaños de las quinceañeras y se sortean "retoques" de labios o de pecho en discotecas y salas de fiestas. Y aunque la autoexigencia es menor en los hombres, algunos jugadores de la selección nacional de fútbol han admitido que se han operado para quitarse bolsas de debajo de los ojos o aligerar los párpados. La fascinación por la fealdad, por lo que no se ajusta a esos cánones de moda, de la que hablaba Umberto Eco, tiene aparentemente poco espacio en estos lares. Por eso resulta casi una extrañeza La cámara oscura, una película de la directora argentina María Victoria Menis, que trata precisamente de la mirada, de la capacidad de la mirada para cambiar las ideas estéticas y la apreciación de lo feo, y que se ha convertido en uno de los estrenos del año en Buenos Aires.

La fascinación por la fealdad, por lo que no se ajusta a esos cánones de moda, tiene aparentemente poco espacio en estos lares

Menis (53 años, cuatro largometrajes, entre ellos, Cielito, con la que concursó en San Sebastián en 2004) no ha querido distraer la atención con posibles consideraciones de actualidad o enfoques sociales o políticos de tema. "Quería hablar, reflexionar sobre la mirada. Estoy un poco cansada de que siempre se crea que un director latinoamericano está obligado a tratar todo desde el punto de vista social o político. Es una especie de dictadura cultural, la que espera que en cada parte del mundo se hagan determinadas cosas. A nosotros nos toca hablar de pobreza, marginalidad y violencia. En Europa se puede reflexionar sobre la belleza y la fealdad. En América Latina se supone que no, que debemos fijarnos sólo en los aspectos sociales del mismo tema". Menis no niega que los directores de América Latina deban fijarse en la realidad de sus países. "Por supuesto. Yo lo he hecho en las otras películas mías, como en Cielito, pero no soporto la idea de que nos etiqueten".

La mejor manera de salir de esa trampa fue convertir La cámara oscura en una película de época, ambientada a finales del siglo XIX y principios del XX, y en alejar el argumento de todo tipo de consideración de tiempo o de geografía. La historia de Gertrudis es la de una mujer fea y acostumbrada a estar en la periferia de todo, cuya vida experimenta una gran transformación ante la llegada a su casa de un fotógrafo extranjero acostumbrado a mirar y a ver con libertad. La capacidad de una mirada distinta para ver y apreciar lo que pretende convertirse, o ser, invisible, y cómo esa nueva mirada le permite a Gertrudis verse a sí misma y a su mundo, un mundo en el que la belleza reside en el paisaje, los libros o las flores.

La historia nació en la cabeza "revolucionaria" de Angélica Gorodischer, una escritora argentina de 80 años conocida por sus relatos cortos, y ha sido tratada con gran libertad por la directora. María Victoria Menis incluye en la película dos episodios de animación, creados por el ilustrador Rocambole (Ricardo Cohen), como vía para contar lo que le pasa a Gertrudis niña, sometida a la mirada exigente de su madre e incapaz de satisfacer sus expectativas salvo situándose en la periferia de su visión. "Para la madre, lo feo tiene que ser invisible. Como ahora son invisibles para nosotros las cosas auténticamente horrorosas, como los niños vagabundos en las calles. A todo le ponemos cada vez más una mirada superficial".

Menis espera que su película (una coproducción con Francia) llegue algún día a España. Es una producción modesta, rodada sin excesos ni lujos, pero con elegancia (y un sonido estupendo). Quizá el mayor defecto sea una exagerada economía expresiva en la resolución final. En Argentina ha salido con sólo 10 copias, pero ha logrado una crítica muy favorable y una amplia repercusión mediática.

Un fotograma de <i>La cámara oscura,</i> de María Victoria Menis.
Un fotograma de La cámara oscura, de María Victoria Menis.

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