_
_
_
_
_
Crítica:Carreras & capital humano | textos y documentos
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Hamlet y Caín en las empresas

Un análisis de los conflictos en los negocios familiares

Manuel V. Gómez

Las familias son depósitos de sentimientos, de afectos, de amores; también, de odios, de envidias y de recelos. En ocasiones, en las empresas se encuentran los mismos factores. Y en estas últimas hay que sumar el poder y el dinero. Así que cuando la familia y la empresa se conjugan las posibilidades de que se desaten todas estas pasiones y acaben por afectar al negocio crecen. Un terreno abonado para que aparezcan aprendices de Saturno, Edipo, Caín, MacBeth o Hamlet.

En Familias en guerra, Grant Gordon y Nigel Nicholson analizan los conflictos más clásicos que aparecen en las empresas familiares. Someten a examen las luchas de poder en el seno de sagas famosas como los Ford, Koch, Gucci o Dassler. Y así hasta 24 casos en los que aparecen protagonistas que por sí solos serían capaces de eclipsar a grandes personajes como Angela Chaning, Blake Carrington o J. R. en cualquiera de las series más míticas de la televisión en cuyos argumentos se mezclaban ingredientes como el dinero, la fama, el poder y la familia (Falcon Crest, Dinastía, Dallas...).

Familias en guerra. La gestión de los clásicos conflictos familiares

Grant Gordon y Nigel Nicholson

Ediciones Deusto, IEF

y PricewaterhouseCoopers

ISBN 978-84-234-2632-4

Pero en esta ocasión no se trata de suministrar material para los guionistas de los culebrones. Tampoco de atacar el modelo de la empresa familiar, sino de defenderlo. "Tal vez piense que el contenido de este libro nos colocaría firmemente en el lado negativo [el de los detractores de estos negocios], pero no es el caso. Todo lo contrario, creemos en la magia de la empresa familiar, pero reconocemos que el precio a pagar es el de la mayor vulnerabilidad", explican los autores en el primer capítulo.

Para analizar los conflictos, lo primero que hacen Gordon y Nicholson es prestar atención a los factores que pueden desencadenarlos (celos, desconfianza, personalidad...) y sistematizarlos. Luego pasan a desglosarlos, detallarlos y sacar conclusiones.

Ambos saben de lo que hablan. Gordon casi puede hacerlo en primera persona. Es miembro de una de las sagas empresariales escocesas dedicadas a destilar whisky (William Grant & Sons), además de cofundador y director general del Instituto de Negocios Familiares en el Reino Unido. Por su parte, Nigel Nicholson es profesor de comportamientos organizativos en la London Business School.

Conscientes de que tratan un tema recurrente en la historia y en muchos ámbitos sociales, las referencias de Caín y Abel o los dramas de Shakespeare aparecen constantemente en las páginas del libro para acercarse al lector.

La pelea de los hermanos Dassler por el control de una incipiente empresa de calzado deportivo que acabó con la creación de Adidas y Puma ilustra el ejemplo de cómo una pelea fratricida puede acabar en la división de una compañía y casi acabar con ella. Algo para lo que también recurren al imperio indio de los Ambani, que tras la muerte de su fundador ha dado lugar a dos exitosos gigantes empresariales que ha convertido al líder de uno de ellos (Mukesh Ambani) en inquilino habitual de las listas de mayores fortunas del mundo.

Tampoco las disputas entre padres e hijos y las sucesiones mal gestionadas escapan al análisis. Los Watson, que pese a que dirigían un negocio que no era familiar (IBM) lo dirigían como si fuera tal, afirman los autores, es uno de los ejemplos. Problemas así los tuvo incluso un mito de la organización y la producción industrial que creó escuela: Henry Ford. Muerto su único hijo, para su nieto no fue fácil hacerse con el trono del que llegó a ser primer fabricante de automóviles del mundo.

Gordon y Nicholson señalan también al magnate de los medios de comunicación William Randolph Hearst como uno de los casos de sucesión mal gestionada. El personaje que inspiró al Ciudadano Kane de Orson Welles dejó escrito en su testamento que no consideraba capaz de ocupar su puesto a ninguno de sus sucesores, así que directamente les vetó su acceso a la gestión de la empresa. Sólo la Justicia lo permitió años después.

Y así, caso a caso, para extraer enseñanzas sobre cómo combinar las relaciones familiares en las empresas sin que la sombra de Caín y Hamlet amenacen su supervivencia.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_