Frenazo en Suráfrica
La caída del precio de las materias primas ralentiza drásticamente la actividad
La crisis financiera global va a afectar a África no sólo por el recorte en ayudas a la cooperación de los países desarrollados, sino también porque una economía global ralentizada va a replicarse en un continente cuya economía depende en exceso de la exportación de materias primas, cuyos precios se están desplomando. Suráfrica, el gigante económico del continente, ya nota los efectos: el ministro de Finanzas, Trevor Manuel, anunció que el crecimiento para 2009 será menor del esperado y lo redujo a un 3%, lejos del 5% registrado en los pasados años (el del presente se mantiene en un 3,7%), mientras los planes de expansión de las grandes empresas energéticas y mineras se revalúan a la baja y se temen recortes de plantilla, lo que hipoteca los planes del Gobierno para la lucha contra la pobreza.
El rand ha perdido un 41% de su valor frente al dólar en lo que va de año
La crisis financiera no va a ser tal en Suráfrica. De hecho, la actuación de los bancos del país está regulada y es un modelo para países vecinos. "El sistema bancario surafricano es seguro y hasta aburrido", dice Michael Power, analista inversor de Investec Asset Management. "Nuestros bancos no se involucraron en negocios similares a los de EE UU".
Las alarmas de la recesión se han encendido con el declive de la moneda nacional, el rand: ha perdido un 41% de su valor contra el dólar en lo que va de año. En el pasado mes se hundió tras la publicación, por parte de la Unión Europea, de un informe en el que se pronosticaba que la economía de la región meridional africana entraría en recesión en el último trimestre del año y se estancaría el año próximo. Tras recuperarse momentáneamente, la divisa volvió a desplomarse tras revelarse que la producción industrial, un 16% de la economía, ha disminuido sin cesar en los seis últimos meses. Según los analistas, los inversores han abandonado los mercados de países emergentes como Suráfrica, demasiado arriesgados en una dinámica de recesión y depresión exportadora.
El precio de los metales ya pasa factura. Muy elevados por la expansión económica global de los últimos años, sus precios se hunden. "Vemos el impacto en los productores. Estamos muy preocupados porque tendrá consecuencias negativas en el empleo", dijo el martes la ministra de Minerales y Energía, Buyelwa Sonjica. Lonmic, tercer productor de platino del mundo, ya ha mantenido reuniones con los sindicatos para alertar de despidos colectivos por una menor demanda de platino en la industria automovilística. El platino ha perdido un tercio de su valor en el último trimestre.
Complicada es la situación asimismo para el sector del oro: Anglo Gold Ashanti, tercer productor mundial, ha manifestado que paralizará sus proyectos de expansión con inversiones de más de 300 millones de euros, algo a lo que la metalúrgica Mittal también se ha apuntado. En el sector minero, la falta de crédito afecta a empresas BEE (Black Economic Empowerment), formadas en las políticas de discriminación positiva hacia la población negra.
Las minas están obligadas a vender a las BEE el 15% de sus activos en 2009, y el 26% en 2014. Pequeñas empresas BEE recurrieron a créditos para comprar los activos y ahora son presa de absorción fácil. La expansión de la empresa eléctrica Eskom podría verse afectada en un momento en que, precisamente, necesita invertir para satisfacer la demanda eléctrica del país, sumido en apagones a principios de año que afectaron a la producción minera. El Gobierno ha anunciado un crédito de 4.000 millones de euros a la empresa.
La crisis complica la vida a los defensores de la política económica del Gobierno del Congreso Nacional Africano (CNA) desde su llegada al poder, en 1994, basada en la asunción de que un crecimiento sostenido de entre el 6% y el 12% bastaría para luchar contra el paro (de un 40%, según datos conservadores), dinamizar al sector informal y reducir la desigualdad social. El crecimiento no ha sido suficiente y la pobreza, lejos de reducirse, ha aumentado.
Trevor Manuel, uno de los arquitectos de esa política, continúa convencido de que es la adecuada. "Si nuestras políticas fueran diseñadas por su reclamo populista, si lo hubiéramos financiado todo al mismo tiempo para todo el mundo, los beneficios a corto plazo darían paso rápidamente a miseria a largo plazo", dijo ante el Parlamento hace dos semanas. Manuel, hablando de la tormenta económica actual, enfatizó la necesidad de hacer más competitivas a las empresas locales y adecuar mercados y políticas industriales.
Falta por saber si la confianza de los inversores en el pasado será la misma con la llegada al poder, el próximo año, de un nuevo gobierno del CNA, presidido por el populista Jacob Zuma que, apoyado por el Partido Comunista de Suráfrica (SACP) y por la organización sindical COSATU, se ha hecho con el partido y obligó a la dimisión del presidente Thabo Mbeki en septiembre.
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