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¿Para cuándo la primera presidenta?

La cuesta hacia la cúspide del poder político -alcaldías y presidencias- sigue siendo más empinada para las mujeres. Por eso nadie se atreve a calcular si Galicia está cerca o lejos de tener su primera presidenta de la Xunta. "Cuando lo decidan los partidos", responde Carmen Gallego. Laura Sánchez Piñón explica esa pronunciada pendiente que aún debe remontar el 52% de la población gallega en las diferencias entre ser designado y salir elegido. "Nosotras somos cargos de designación, pero en los de elección hay menos mujeres, porque en ese caso hay que presentarse". Y para ello hay que tener una "escuela" detrás, una carrera política de fondo que un bajo porcentaje de mujeres ha podido afrontar, esgrime.

De las seis conselleiras, sólo dos vienen de esa "política pura": Carmen Gallego (PSOE) y Ánxela Bugallo (BNG). Gallego comenzó su actividad en el asociacionismo marisquero y en 1998 entró en la Ejecutiva del PSdeG-PSOE. Bugallo, cuya militancia política se remonta a cuando tenía 16 años, ha sido secretaria general de la organización estudantil Erga y fue concejala de Teo (A Coruña) desde 1999. El resto de miembros femeninos del Gobierno reúne un perfil técnico, ése que predomina menos entre sus compañeros hombres. Teresa Táboas (BNG) es arquitecta, Laura Sánchez Piñón (PSOE) es investigadora y catedrática de Xenética, María José Caride (PSOE) es profesora de Economía y María José Rubio (PSOE) es inspectora médica. "Yo creo que ese perfil se buscó, en los partidos hay muchas mujeres que llevan tiempo en política", afirma Táboas.

Repitan o no en la próxima legislatura, tienen claro que la actividad política no se limita a ocupar un cargo. "Si estoy en el cargo, estoy; si no seguiré en política trabajando por mi organización", apunta Bugallo. "Yo estoy en política también cuando estoy en casa", subraya Rubio. No creen que haya marcha atrás en la Xunta paritaria, pero no le ponen fecha a una Presidencia femenina. Cuanto más gobiernos progresistas tenga Galicia, dicen, más pronto llegará porque "dan saltos mucho mayores". En los últimos cien años, los cambios han sido profundos. Piñón recuerda que Madame Curie recibió dos premios Nóbel pero no pudo votar. "Tampoco las mujeres de las cofradías de pescadores hasta 1990", remacha Gallego.

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