"Pensaba que los jueces impedirían sacar a mi padre"
La Asociación de la Memoria abre una fosa de la Guerra en Huelva sólo horas después del bloqueo a las exhumaciones dictado por la Audiencia Nacional
Antonia Trigo, de 83 años, observa las palas remover la tierra en Calañas (Huelva, 4.500 habitantes). "No pude dormir en toda la noche pensando en que los jueces impedirían sacar a mi padre de ahí", suspiraba ayer. Estaba tranquila porque nadie había intentado impedir que a las 10 de la mañana comenzara el desenterramiento de los restos de 11 vecinos de El Cerro de Andévalo que fueron fusilados en noviembre de 1937, entre ellos los de su padre. La decisión de la Audiencia Nacional de suspender cautelarmente las exhumaciones autorizadas por el juez Baltasar Garzón como parte de la causa contra la represión franquista no afecta a esta fosa porque no aparece mencionada en el listado de 19 enterramientos que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) envió al juez en diciembre de 2006.
"Los magistrados ya se podían haber reunido para echarnos una mano"
Junto a Antonia, Agustín Serrano, de 84 años, se apoya en un bastón. "Yo vi cómo se llevaban a mi padre por haber ayudado a un republicano huido. Le dio de comer y le dejó dormir en el pajar. A la mañana siguiente dos guardias vinieron a por él", explica.
La paralización cautelar indignaba ayer a los familiares de las víctimas reunidos en el cementerio. El vicepresidente de ARMH, Santiago Macías, aclaraba que se había pedido la autorización para los trabajos en 19 fosas (después se amplió a 25) para "empezar por algún lado". "No mencionamos Calañas en la denuncia igual que no mencionamos muchas otras. Queríamos pedir autorización para que se abrieran las fosas y pusimos ejemplos de algunas de ellas", explicaba. Macías se revuelve contra los jueces: "Ya se podían haber reunido para echarnos una mano".
Rafael López, presidente de la Asociación de la Memoria y Justicia de Huelva, admite no conocer el criterio por el que se seleccionaron 19 fosas para el listado de Garzón. "Lo que sí sé es que el magistrado conoce la ubicación de las 118 fosas de Huelva. Yo mismo le envié el mapa", asegura.Sentado en un banco del cementerio, cerca del paredón donde supuestamente dispararon a su padre, Agustín Serrano cree estar a punto de poder "descansar en paz". Cuenta que durante la dictadura fue tratado como hijo de "traicionero y revolucionario", pero que procesos como el de Garzón le están ayudando a recuperar la dignidad. Tras un silencio prolongado, aporta su interpretación de la decisión de los jueces: "Hay demasiada agua sucia debajo de esta tierra y a muchos no les interesa que salga. Está claro".
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