Hoy
Esta columna ya es vieja, de otra época. Se escribió antes del resultado electoral. Pero, para salir del paso, recordemos una obviedad: el periódico, en un día como hoy, y según funciona hoy el negocio, tiene la obligación de sacar conclusiones apresuradas y dibujar un futuro del que nadie sabe nada; el lector, en cambio, puede permitirse el lujo de leer y esperar, sin precipitarse. Un nuevo presidente es un melón por abrir.
Como la columna está fuera del tiempo, no creo que haya quejas si hablamos de un presidente antiguo. El presidente peor cualificado del siglo XX, un tipo al que nadie quería. Se llamaba Harry Truman. No tenía educación universitaria. Tampoco tenía dinero ni contactos familiares. Por no tener, no tenía ni buen carácter. Su única base política era la mafia demócrata de Misuri, racista y corrupta. En 1944, el presidente Roosevelt, consciente de que iba a morir en poco tiempo, se presentó por última vez a unas elecciones. Buscó un buen vicepresidente, que había de ser su sustituto, pero no lo encontró. Sólo encontró a Truman, un senador novato, tan despreciado en Washington que carecía de enemigos.
Después de tres meses como vicepresidente, en los que Roosevelt no le dedicó ni 10 minutos para explicarle cosillas como la existencia de la bomba atómica, Truman se vio en la Casa Blanca. No sabía nada. No tenía aliados. Se puso a mandar porque no había alternativa.
En los siguientes meses y años, Truman lanzó dos bombas atómicas sobre Japón y concluyó la guerra, estableció el Plan Marshall para reconstruir Europa, fue decisivo en la creación de la ONU, organizó la OTAN, acabó con la segregación en el ejército (y era racista), reconoció el Estado de Israel (y era antisionista), inició la Guerra Fría, asistió a la victoria del comunismo en China, combatió en Corea contra soldados chinos y aviones soviéticos, destituyó al héroe McArthur, creó el seguro médico. Entretanto, ganó contra todo pronóstico las elecciones de 1948.
Cuando se retiró era impopular y pobre. Tuvo que vender unos terrenos para ir tirando. Hoy se le considera uno de los mejores presidentes de Estados Unidos.
Empieza una presidencia. Veamos qué da de sí.
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