Cobertura
Casi todos los medios realizan una cobertura exhaustiva de las elecciones estadounidenses. Este periódico, como otros, ha echado el resto. A un gran corresponsal, Antonio Caño, se han sumado numerosos enviados especiales que viajan de un lado a otro del país para que no ignoremos nada sobre lo que aún no sabemos, quién va a ser el nuevo presidente.
Se trata de una cuestión de la máxima importancia. El inquilino de la Casa Blanca manda muchísimo. No tanto como nos parece desde fuera (aquello no es una dictadura y el presidente se pasa la vida batallando con el Congreso), pero muchísimo. Dicen que Barack Obama ganará las elecciones. Lo dicen los sondeos, lo dicen los expertos, lo dice el sentido común. Confío en la victoria de Obama, aunque por un momento, sólo por un momento, tendría su diversión que ganara McCain: los periodistas somos muy graciosos cuando la realidad nos pilla con el paso cambiado.
Creo que, ocurra lo que ocurra el primer martes después del primer lunes de noviembre (la fórmula con que se fija la fecha electoral), algunas cosas mejorarán.
Este año ha sido tremendo. Hemos tenido la interminable campaña electoral estadounidense. Hemos tenido elecciones generales en España. Hemos tenido Eurocopa, y encima con victoria española. Hemos tenido los Juegos Olímpicos, en Pekín, nada menos. Hemos tenido un espantoso accidente aéreo en Barajas. Ahora, la elección de presidente. Y estamos en plena crisis. Al lector, la lista de acontecimientos no le dirá gran cosa. El gerente de un medio de comunicación, en cambio, verá en ella una serie de gastos tremendos en una época de pocos ingresos.
Algunas cosas mejorarán. Con un poco de suerte, pasada esta semana se aliviará el gasto de la cobertura americana. Con un poco de suerte, los medios podrán apartar un dinerillo y hacer lo que, sin duda, se mueren de ganas de hacer: enviar periodistas al Congo, a Somalia y, en general, a esos sitios donde, según cuentan las ONG, los misioneros y las agencias (la trinidad del periodismo low cost), suceden en un día tantas cosas terribles como aquí en todo un año.
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