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La Generalitat reforma la ciudad judicial a seis meses del estreno

Justicia admite que estará saturada en 2012 y los jueces mantienen las críticas

Reformas en una casa nueva antes de estrenarla. El Departamento de Justicia está realizando diversas modificaciones a seis meses de iniciarse el traslado de los juzgados de Barceona a la ciudad judicial para mitigar las críticas que ha suscitado. Ha costado 255 millones de euros, pero ni siquiera albergará todos los juzgados de Barcelona, pues 50 órganos de lo social y lo contencioso administrativo seguirán en el centro de la ciudad.

El equipamiento judicial más importante que se ha construido en Cataluña en muchas décadas puede quedar pequeño en 2012, admite Patricia Moreno, responsable de la puesta en marcha de la Ciudad de la Justicia. "El diseño permite mucha flexibilidad y hay una pequeña reserva de espacio, pero cuando falte ya buscaremos otras alternativas", asegura. El traslado se iniciará el 4 de mayo y finalizará el 28 de septiembre.

Faltan espacio y medios en una obra que ha costado 255 millones de euros

El decano de los jueces de Barcelona, José Manuel Regadera, escribió a Justicia el pasado mes de junio mostrándose muy crítico por cómo se habían diseñado y construido los edificios. La Generalitat le ha respondido anunciando reformas y confirmando otras decisiones. Éstos son los aspectos más destacados.

- Distribución de espacios. El servicio que presta un juzgado al ciudadano depende de cómo se organice la oficina judicial. El interior de los edificios se diseñó en 2006 previendo que cuando se inaugurase ya se habrían hecho las reformas procesales y habría una nueva oficina judicial, a pesar de que la modificación de la ley llevaba años parada en el Congreso. Al final se ha vuelto a cambiar el diseño de las plantas para mantener la vigente oficina judicial. "Han hecho un diseño para que los ciudadanos no accedan a los juzgados. Eso estaría bien si hubiera un sistema informático eficiente, pero no es así. Persisten en poner mostradores de atención al público que ya han fracasado en otros edificios porque la plantilla es reducida y el funcionario estará haciendo otras cosas y no podrá atender a nadie", explica Luis Rodríguez, titular del Juzgado de lo Mercantil número 4 de Barcelona.

- Tecnología insuficiente. En los juzgados penales y de instrucción es muy útil el sistema de videoconferencia, que, por ejemplo, permite a un policía o a un perito evitar su desplazamiento al juzgado desde cualquier rincón de Cataluña o de otra comunidad para ratificarse en un informe y comparecer en el juicio, en ocasiones unos segundos. Ahora hay tres equipos para 53 juzgados en Barcelona. Patricia Moreno admite que esos sistemas no estarán en todas las salas. "Nos han dicho que seguiremos igual que ahora y no entendemos por qué. No pedimos pantallas de 42 pulgadas y parece que quieren ahorrarse unos euros en una obra tan costosa", explica Xavier Paulí, decano delegado de los jueces de lo penal.

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La fiscalía y los juzgados de menores utilizan ahora sistemas informáticos incompatibles. La Generalitat trabaja en un programa conjunto, pero Patricia Moreno admite que tampoco puede asegurar que esté listo cuando se inaugure la Ciudad de la Justicia.

- Movilidad. Justicia cree que las propuestas de la Mesa de Movilidad son suficientes para suplir la falta de la línea 9 del metro, que no llegará antes de 2012. Las alternativas consisten en autobuses lanzadera desde la estación de Sants, que deberán atravesar la congestionada plaza de Espanya y la Gran Via; un amplio servicio de bicing, y el uso de la línea 1 del metro, que queda a unos minutos, o usar el vehículo privado, que seguramente no será el medio más elegido por las 12.000 personas que se calcula que acudirán a diario.

- Juzgados de guardia. Es la zona más utilizada y una de las más comprimidas. "Los de ahora son antiguos (se construyeron en 1992), pero no falta espacio. No se entiende que un edificio del siglo XXI sea para peor, porque el juzgado de guardia de la ciudad judicial ya nace pequeño", explica Cristina Ferrando, titular del Juzgado de Instrucción número 14

Un decano optimista

El informe del decano de los jueces de Barcelona, José Manuel Regadera, vaticinaba un "caos durante una buena temporada" en la Ciudad de la Justicia si se improvisaba el traslado y no se planificaba con tiempo. El documento enumeraba las mejoras que debían hacerse, muchas de las cuales no han sido atendidas por la Generalitat o no se han concretado por escrito.

Sin embargo, Regadera ha cambiado ahora su discurso. Ya no considera un "completo desastre" que los ciudadanos tengan que "peregrinar" por la ciudad judicial buscando las salas de vista porque todas serán utilizadas por todos los juzgados. Ni se mofa de que en su día se dijera que lo que faltaban eran bicicletas y no plazas de aparcamiento.

"La ciudad judicial va a ser algo bueno y puede funcionar. Esperemos que las disfunciones seas mínimas. Hemos de empujar todos en el mismo sentido, no unos hacia un lado y otros hacia el otro", sostiene Regadera. Con todo sigue pensando que Justicia "debería haber previsto más espacio libre, porque el que queda es muy limitado".

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