Artur Mas sostiene que "la crisis de confianza es peor que la económica"

"La crisis de confianza es peor que la crisis económica y más difícil de arreglar", afirmó Artur Mas, presidente de CiU, en la conferencia que ofreció ayer en Vigo, El futuro: retos y oportunidades, convocada por EL PAÍS y organizada por Caixa Galicia en la sede de su fundación. Mas acusó al Gobierno de reaccionar tarde, de haber negado inicialmente el problema y, ahora mismo, de estar "más preocupado por ir a Washington que de resolver los problemas de la economía real".

El portavoz nacional del BNG, Anxo Quintana, que presentó al conferenciante, atribuyó la crisis al distanciamiento cada vez mayor entre el sistema financiero y los poderes públicos, lo cual representa la antítesis del autogobierno, dijo, y reclamó la suma de esfuerzos por parte de todos para superar la situación en un "regreso a la política" que también pidió después el conferenciante.

CiU no irá al rescate del Gobierno "porque no cumple sus compromisos"

Artur Mas no ahorró críticas al Gobierno, por su reacción retardada ante la crisis, porque no presenta un programa serio para afrontarla ("incluso los Presupuestos están desfasados", dijo) y, sobre todo, "porque no cumple sus compromisos". Por eso, en la actual situación, "sin ánimo de revancha", CiU no irá a su rescate, afirmó en el coloquio posterior a su exposición.

La economía española, según el presidente de CiU, ha acumulado problemas estructurales "que no se querían ver cuando las cosas iban bien, incluso presumíamos de que éramos los reyes del mambo", y que ahora la crisis ha hecho estallar. A saber, los bajos niveles de formación y de productividad de la economía española; el déficit exterior, "el más grande de todo el mundo: el Estado no ahorra y vive por encima de sus posibilidades"; el nivel de inmigración, el más alto de Europa en la última década, y la alta inflación. "Hay que resolver estos desequilibrios actuando a fondo" porque todos esos factores juntos configuran "un peligro grande que no se resuelve en seis meses".

Tampoco se puede resolver la crisis económica general, prosiguió Mas. De modo que sólo se pueden abordar soluciones en el flanco interior de la crisis, "a nivel de Estado y con pautas a desarrollar en programas al más corto plazo". Son, dijo, las propuestas que CiU viene defendiendo desde el verano.

Ante los problemas de liquidez de las empresas, el Gobierno sólo ha adoptado las primeras medidas en octubre, "con la tempestad por todos los lados: se han perdido cuatro meses y hemos perdido la confianza en el timonel". Pero "es fundamental que funcione el sistema financiero para que funcione la economía real, y si el sistema no funciona, la intervención de los poderes públicos está más que justificada", añadió.

CiU también está actuando sobre la morosidad, "ya que nadie cumple los plazos y hay que aportar soluciones puntuales, que no la graven indiscriminadamente"; sobre el empleo, con incentivos a las empresas que puedan aumentar plantillas "porque para el propio Estado siempre es mejor pagar bonificaciones que subsidios de paro"; sobre la fiscalidad, ya que el Gobierno está insuflando millones de euros en el sistema financiero, pero sus efectos no se verán de modo inmediato, mientras que las empresas tienen dificultades para pagar sus impuestos: "Habrá que aplazarlos, para no agravar su falta de liquidez y reformar a la baja el impuesto de sociedades, una de las tarifas más altas de la UE", propuso.

Tras el error de la excesiva desregularización, "vuelve la política, pero no para invadirlo todo, sino para que los gobiernos tomen las decisiones que han de tomar", precisó. Y, a preguntas del auditorio, apuntó algunas medidas en materia de vivienda y propuso potenciar los gobiernos autonómicos "porque la microeconomía se hacer mejor sobre el terreno". También reivindicó Galeuscat como una apuesta estratégica más allá de estrictas coyunturas, como un modelo de Estado alternativo al de PP y PSOE.