Irisarri destituye a los ediles de IU y descarta pactar con otras fuerzas
El alcalde socialista pretende gobernar en minoría hasta las elecciones
"Diferencias insalvables". Con este argumento, el alcalde de Ferrol, Vicente Irisarri, del PSdeG, expulsó ayer del gobierno ferrolano a los cuatro ediles de Izquierda Unida y liquidó una coalición de izquierdas que nació en junio del 2007 para garantizar "la estabilidad" de una ciudad acostumbrada a encadenar fracasos políticos. Irisarri anunció que gobernará en minoría con los nueve ediles del grupo socialista hasta 2011 forjando un equipo "coherente, honesto y capacitado para gobernar la ciudad" y descartó nuevas alianzas con alguna de las otras fuerzas de la oposición (PP, con siete ediles, Independientes por Ferrol, con tres, y BNG, con dos). "Es una decisión unánime y muy meditada", explicó Irisarri, que se definió como un gestor "entrenado para tomar decisiones muy rápidamente".
"No fue IU quien inició esta guerra sucia", sostuvo Yolanda Díaz
Apenas 12 horas después de perder la votación que le depejaba el camino hacia un gobierno en solitario aplicando el reglamento orgánico de la Ley de Grandes Ciudades -que rechazó la oposición con la abstención de sus todavía socios de IU- el regidor socialista mantuvo su empeño y cesó a los cuatro concejales de la coalición de izquierdas para zanjar la crisis que se agudizó la pasada semana con una ruidosa espiral de acusaciones y descalificaciones mutuas entre Irisarri y Yolanda Díaz, portavoz de IU. Esta formación culpa al regidor del fracaso del bipartito y lo responsabiliza de "abrir las puertas a un gobierno de derechas".
"IU tendió la mano hasta límites insospechados", lamentó ayer Díaz, minutos después de haber sido destituida como primera teniente de alcalde. "No fue IU quien inició esta guerra sucia", argumentó, para insistir en que "es el alcalde, no IU, quien rompe". La coordinadora de IU en Galicia sostiene que Irisarri "tenía tomada la decisión pocos días después de llegar al gobierno de la ciudad" y deseó suerte al regidor en una apuesta política "personalísima y muy arriesgada" para encabezar un gobierno en solitario. No obstante, y tras lanzar varios dardos envenenados a Irisarri adviertiéndole que la política "no es un consejo de administración" -en referencia a su trayectoria como gestor de Portos de Galicia- Díaz mostró la disposición de su grupo a garantizar "políticas radicalmente de izquierdas" en el municipio.
Irónicamente, la primera decisión del nuevo ejecutivo local será rebajar un 10% el salario del regidor (73.000 euros anuales), que concentraba las iras de sus ex socios de IU y que se convirtió en el obstáculo inamovible de la negociación presupuestaria que precipitó la ruptura del bipartito. "No hemos venido aquí a enriquecernos", se desquitó Irisarri, para anunciar que la rebaja salarial será extensible en un 5% al resto del grupo socialista para todos los concejales con dedicación exclusiva y parcial y aplicable a partir del 1 de noviembre. El gobierno ferrolano, que también aplicará la congelación salarial aprobada por la Fegamp, plantea hacer extensible esta medida al resto de la corporación.
Desde las filas del PP local garantizaron ayer "la gobernabilidad", pero arremetieron contra "la coalición más corta de la historia de la ciudad" repartiendo "por igual" las responsabilidades políticas entre PSOE e IU por haber ofrecido un espectáculo "indigno y bochornoso". "[Irisarri] ha fracasado", manifestó el presidente del PP local, José Manuel Rey, "es un alcalde en minoría y sin gobierno". Rey calificó la rebaja salarial como un gesto "hacia la galería que insulta la inteligencia de los ferrolanos" porque "lo sube un 60% y luego lo rebaja un 10%". El BNG ferrolano analizará hoy la situación política.
Dieciséis años aguardaron PSOE e IU para recuperar la alcaldía de Ferrol reeditando el pacto de izquierdas sucrito por ambas formaciones en 1991. El acuerdo político que Irisarri y Díaz firmaron en junio del 2007 comprometía un gobierno "ejemplar" sin "bicefalias ni partidismos". Apenas 16 meses después, la corporación ferrolana retorna a su inestabilidad crónica a base de coaliciones fracasadas y alianzas tan frágiles como interesadas. "Será un gobierno en minoría, pero la vida sigue", resumía ayer Irisarri. Su primer gran escollo será garantizar la aprobación de los presupuestos municipales del 2009 que pretende llevar a pleno a finales de noviembre. Irisarri apeló a la "responsabilidad" de los ediles para que antepongan la ciudad a los intereses partidistas". "Que torpedeen esto sería malo para Ferrol". afirmó dirigiéndose al PP.
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