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Columna
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Tiempo muerto y perspectiva

Andoni Zubizarreta

No, no se han equivocado de página ni estamos en la parte de los deportes que habla de baloncesto. El título que encabeza estas líneas es una simple petición; si quieren, un ruego de alguien que ha vivido, visto y sentido tantas guerras mediático-arbitrales que lo único que les pido es tiempo: vamos, un ratito, un par de jornadas. Mi único objetivo es el de tomar una cierta distancia para poder analizar el problema, ya que, si les trasladara mi opinión de ayer, estaría demasiado intoxicada por mi visión rojiblanca de la realidad. Es una enfermedad que se sitúa en la parte de la interpretación y que convierte los hechos más naturales en "realidades" anti-Athletic. Lo común es opinar en caliente, cuando los hechos son tan recientes que se convierten en plena actualidad, a la que uno se ve comprometido a aportar su leal saber y entender, ya que el ahora más inmediato exige aclarar con carácter de urgencia un asunto que se extiende y desarrolla a lo largo de muchos meses, a lo largo de muchas jornadas en este mundo del fútbol de memoria excesiva y selectivamente frágil.

El altavoz del que disponen los dos grandes clubes acaba por acallar los gritos del resto de los equipos

Por eso les pido tiempo para recoger otros momentos, otros partidos, otras situaciones y otras quejas. Desde la periferia ya tenemos a los que alegan que no son más que convidados de piedra en el duelo Madrid-Barça que este año parece destinado a ofrecernos altas dosis de emociones. Y que el altavoz del que disponen estos grandes clubes acaba por acallar los gritos del resto de los equipos. Por eso me parece interesante hacer un ejercicio de pragmatismo y quedarse a mirar cómo pasan las aguas de esta Liga para que la distancia nos permita tener perspectiva y, de esta forma, acercarnos a la realidad con mayor precisión. Claro que esta práctica no suele ser muy utilizada en nuestro fútbol, ya que todos intentamos obtener rédito inmediato de cada situación, de cada jugada, de cada lance del juego. Hemos aceptado como propia la frase de que lo que pasa en el campo queda en el campo y estamos cerca de conseguir el copyright sobre una mucho más singular que será: "Lo que pasa en los palcos queda en los palcos". Y de esta forma quedaremos a salvo de que la realidad, los hechos, los datos extendidos en el tiempo se empeñen en contradecir lo que en ese momento de ofuscación interesada se nos ocurrió enviar al mundo exterior como si de una erupción volcánica se tratara.

Así que tiempo al tiempo y, mientras tanto, acompañar a esos de negro, que, aunque nos parezca imposible, son absolutamente necesarios para que el fútbol sea fútbol. Sólo añadir que, por favor, igual que es un peligro que a los entrenadores les dé un ataque de entrenador con el que lo único que suelen conseguir es sembrar el desconcierto en sus propias filas, sepan los colegiados que los ataques de árbitro suelen tener efectos devastadores en el delicado ecosistema del fútbol. Y en el de su propia auto-7d8b023380980

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