_
_
_
_

Basagoiti quiere reflotar el PP vasco

El líder de los populares, ya candidato a 'lehendakari', ha superado el aislamiento político, pero aún debe frenar la sangría de votos que arrastra

Cuando Mariano Rajoy acudió ayer al Museo Marítimo de Bilbao para dar un espaldarazo a su candidato a lehendakari, Antonio Basagoiti, se encontró un partido mucho más templado que en julio. A años luz de las turbulencias que agitaron la formación que representa el centro derecha vasco tras la huida hacia delante de María San Gil. La nave popular en Euskadi parece estar en condiciones de navegar. Al timón, un presidente dispuesto a ser la "garantía del cambio" en Ajuria Enea, según recalca en sus mítines. En poco más de cien días, el sucesor de María San Gil ha soltado lastre respecto a la etapa anterior e incluso los críticos y herederos del legado sangilista parecen dispuestos a remar en la misma dirección. "Al menos, a no poner palos en la rueda", sostiene de uno de ellos.

El candidato recorre las juntas locales para impulsar el renovado discurso
El PP buscará sus nuevos apoyos entre las mujeres y los jóvenes

Basagoiti ha sacado de las catacumbas políticas al partido, recuperando la interlocución con Patxi López e Íñigo Urkullu y rompiendo el aislamiento político en el que el PP llevaba varado muchos años. El primero necesitará de sus votos para convertir la alternancia en una realidad. Si los números dan, claro.

Basagoiti predica con el ejemplo. El día de su proclamación como presidente del PP en Euskadi, el pasado 12 de julio, dijo que quería ver al partido gastando suela. Dentro y fuera del partido "Antonio no ha parado. Está recorriendo las juntas locales del partido, acercándose a nuestros ediles. Y lo que se encuentra en muchas de ellas es a militantes que no se explican la crisis que vivimos antes de verano con la salida de María San Gil. No entendieron nada. Pero, sobre todo, está escuchando a una militancia que le dice en todas partes que hay que mirar hacia delante. Hay que seguir, le repiten". Escondido tras sus gafas de diseño, Iñaki Oyarzabal, el nuevo hombre fuerte del partido quiere acompañar a su jefe de filas en lo que él denomina "quitarse la camisa de fuerza del monotema vasco", un corsé que ha constreñido y acaparado el discurso de los populares vascos en la última década.

El nuevo equipo está persuadido de que sólo planteando soluciones a los problemas reales pueden sumar más apoyos. El monotema del terrorismo, los discursos basados exclusivamente en los principios no ayudan a llegar a fin de mes, vienen a decir los sucesores de San Gil al frente del partido. "El campo que ha fijado Antonio es muy claro: somos la única alternativa real al nacionalismo. El PSE ha caído en manos del nacionalismo gobernante", apunta Carlos David García, compañero de Basagoiti en su etapa anterior en el consistorio bilbaíno. La cuestión es cómo llegar con el nuevo discurso a la sociedad.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Aupado a la secretaría general gracias a las influencias del cada vez más madrileño (políticamente hablando) Alfonso Alonso, el alavés Oyarzabal ha puesto su mirada en los jóvenes y en las mujeres para ampliar su base electoral. El nuevo PP aspira enviar al nacionalismo a la oposición de la mano de las nuevas tecnologías, en las que el PP se va a volcar, junto con un discurso más templado y el estilo Basagoiti de hacer política; una mezcla de municipalismo cercano, verbo directo y sudar la camiseta.

No lo va a tener fácil de aquí al próximo mes de marzo. Gastar suela no implica necesariamente sumar votos. Y el PP necesita parar ya esa vía de agua abierta en la nave. Elección tras elección, ha visto mermado su apoyo electoral en Euskadi. En las generales de marzo, perdieron 29.000 votos con respecto a las de 2004. En mayo de 2007, en los comicios municipales y forales, la sangría fue de 59.000 papeletas frente a 2003. Y en las autonómicas de 2005 vio caer su apoyo en 118.000 sufragios respecto a las elecciones de 2001, cuando Mayor y Redondo sellaron su entente constitucionalista. Detener esa sangría será una tarea complicada hasta para un corredor de fondo como el, desde ayer mismo, candidato Basagoiti.

LOS RESCOLDOS DEL SECTOR CRÍTICO: Abascal anima al líder a no ser comparsa de nadie

El sector crítico, con unos cuantos representantes en el grupo parlamentario y en las Juntas guipuzcoanas, apenas si ha creado problemas al nuevo equipo. Tal vez porque aún está pendiente la elaboración de las listas para las autonómicas. "Lo normal es que haya renovación, caras nuevas. El nuevo planteamiento de moderación tiene que tener rostros nuevos. Y los equipos de trabajo deben estar en sintonía con el nuevo rumbo. Lo que no van a tener es derecho a cuota. Eso debe quedar claro", se avanza desde la dirección al referirse a ese sector.

El parlamentario Santiago Abascal, que buscó y encontró la integración en el congreso, aprecia en Antonio Basagoiti un "discurso nítido contra el nacionalismo". Le anima a "no bajar la guardia" y, cuando se abran las urnas, "a no ser comparsa de nadie en un posible pacto, ni a regalar votos en la investidura". Reconoce la ilusión y las ganas de trabajar del candidato, pero también ve dificultades para "trascender una figura como la de María", un auténtico "cañón mediático". Abascal actuó el pasado sábado de maestro de ceremonias en el restaurante Anuncibai de Llodio en el que un centenar de militantes y cargos tributaron un homenaje a San Gil. "Este no es un encuentro subversivo", recalcó la ex presidenta para que nadie se llame a engaño. En el nuevo equipo, el homenaje no ha generado desasosiego. "Los críticos no tienen estructura detrás y la relación con ellos es razonable", aseguran.

ÁLAVA, EL GOBIERNO PERDIDO: Los populares reivindican su experiencia de gestión

Cuando a la nueva dirección del PP se le comenta la operación de rescate impulsada por Antonio Basagoiti para sacar el partido "de las trincheras", se revuelve. "¿Pero de qué trinchera me habla?", replica un destacado dirigente. Y entonces sacan a relucir los años de gobierno en la Diputación de Álava, con Ramón Rabanera al frente, o en el Ayuntamiento de Vitoria, con Alfonso Alonso. "[En 2007] hemos sido primera fuerza y enviado al PNV a la tercera posición", recuerdan. Pero, pese a ello, la joya de la corona cayó en manos de los nacionalistas por la incapacidad manifiesta del constitucionalismo para pactar.

Socialistas y populares se miran de reojo en este territorio para fijar posición y argumentos, cuando BBK y la Kutxa impulsan su fusión sin esperar a la Vital. Y en el PP no aclaran los pasos que van a dar para salvaguardar que la caja alavesa no se vea afectada por quedar fuera de la operación, más allá de la recurrente censura a las "pretensiones políticas" de la fusión. "En ella priman los intereses del PNV", aducen, en vez de "defender los intereses de los impositores, de la obra social y de los trabajadores".

También en Guipúzcoa, el PP ha demostrado tener músculo político y reflejos a la hora permitir a PNV y EA aprobar el Impuesto de Sociedades al 28%, mientras frenaba una "subida camuflada" de impuestos incluida en el pacto fiscal de los nacionalistas. Ese es el papel con la que sueña Basagoiti: un PP capaz de condicionar.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_