Juan Fernando Cristo renuncia al Ministerio del Interior del Gobierno Petro

La crisis de Gobierno avanza. El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, se suma a la desbandada en el Gabinete de Gustavo Petro. El veterano político de origen liberal ha publicado este lunes de madrugada una carta de tres páginas en la que va un paso más allá de la renuncia protocolaria colectiva que había pedido para permitirle al presidente la reconfiguración de su equipo, después del caótico Consejo de Ministros televisado de la semana pasada. “Como tuve la oportunidad de comentarle personalmente el pasado jueves, he tomado la decisión de dejar el cargo de ministro del Interior para participar sin limitaciones en el debate político”, le escribe Cristo a Petro en una renuncia irrevocable. Es el cuarto ministro en dar el paso al costado y el primero que no proviene de la izquierda.

La salida de Cristo de la cartera política se produce después de que este domingo también renunciaron tanto la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, como la de Trabajo, Gloria Ramírez, dos funcionarias que habían acompañado a Petro desde el comienzo de su mandato, hace dos años y medio. Poco después del Consejo de la discordia, el pasado martes, ya habían dimitido tanto el fugaz director del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE), Jorge Rojas, que estuvo menos de una semana en el cargo, como el ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes, Juan David Correa. Con ellos ya son al menos cinco bajas irreversibles en el Gabinete, que cuenta con 19 ministros.

Cristo, quien el domingo en la noche celebró la decisión de Petro de pedir la renuncia protocolaria a todo el Gabinete, defiende en la carta sus logros en siete meses en el cargo, y agradece al presidente por la oportunidad “de hacer parte de un Gobierno con espíritu liberal y reformista”. Destaca entre otros, sin desconocer los obstáculos, el plan de choque para acelerar la implementación del acuerdo de paz con la extinta guerrilla de las FARC, al que dedicó buena parte de sus esfuerzos al frente de una cartera que ya había ocupado en el Gobierno de Juan Manuel Santos (2010-2018). Y también la reforma al Sistema General de Participaciones, que entrega una inédita autonomía territorial a los departamentos. Su salida era una de las esperadas de tiempo atrás, previo a la crisis desatada por la llegada de Armando Benedetti a la jefatura del Despacho presidencial y al sonado Consejo de Ministros. Como explica en su misiva, busca posicionarse para las elecciones presidenciales y legislativas de 2026.

La noche del domingo, Petro pidió la renuncia protocolaria colectiva, horas antes de emprender un viaje internacional. En medio de la crisis y con un Gabinete que queda en la interinidad, sale del país para participar en el World Government Summit de Dubái, Emiratos Árabes Unidos, el martes 11 y miércoles 12 de febrero. Después visitará Qatar. Al viaje lo acompañan la recién posesionada canciller, Laura Sarabia, y los ministros de Minas, Andrés Camacho, y de Ciencia, Yesenia Olaya. También los encargados de las carteras de Culturas y Tecnologías de Información y las Comunicaciones. En Colombia quedan las cabezas de los 14 ministerios restantes, con el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, como presidente encargado.

En medio de los coletazos del Consejo de Ministros, lleno de reproches y acusaciones, el propio Juan Fernando Cristo había lanzado la propuesta de la dimisión general. “Propongo a las y los ministros, como lo hice sin suerte hace dos semanas, que renunciemos hoy para dejar en libertad al señor presidente de hacer los cambios que él considere necesarios para asumir los retos de la recta final de Gobierno. Es evidente que como jefe de Estado no está satisfecho con los resultados y un sector importante de la opinión nacional tampoco”, escribió el miércoles. Y el domingo, segundos después de la solicitud de Petro, se había reafirmado en la necesidad de una recomposición del Gobierno: “Acierta el presidente al buscar una salida institucional a la crisis”. El Gabinete tal y como está conformado, ha valorado con realismo, es “insostenible”.