Susana Muhamad renuncia como ministra de Ambiente de Gustavo Petro
Es la tercera baja en el Gabinete después del caótico Consejo de Ministros que el presidente de Colombia ordenó transmitir en televisión nacional


La autoinfligida crisis de Gobierno desatada por el caótico Consejo de Ministros transmitido el pasado martes en televisión nacional ha cobrado su tercera cabeza en el Gabinete de Gustavo Petro. Una de sus funcionarias más leales y cercanas, Susana Muhamad, ha oficializado su salida como ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia después de una semana de suspenso y máxima tensión. “He presentado la carta de renuncia al señor presidente, es una decisión difícil”, confirmó Muhamad la mañana de este domingo en una entrevista en vivo con el portal Los Danieles. La precedieron, desde el miércoles, Jorge Rojas, el fugaz director del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE), y el ministro de las Culturas, las Artes y los Saberes, Juan David Correa.
El origen del malestar de varios de los pesos pesados del ala más izquierdista del Gobierno es la llegada como jefe de Despacho de Armando Benedetti, un político rodeado por la controversia, con varias investigaciones encima y señalado en más de un episodio de violencia de género. Petro ha cerrado filas en su defensa, a pesar del malestar y las dimisiones. “Son casi 20 años de militancia política en el progresismo. Presidente, como feminista y como mujer, yo no me puedo sentar en esta mesa de Gabinete, de nuestro proyecto progresista, con Armando Benedetti”, dijo Muhamad con la voz quebrada en aquel Consejo de Ministros televisado. Desde entonces, la especulación sobre su salida había acaparado la discusión pública, mientras ella defendía que quería hablar con Petro antes de tomar una decisión definitiva.
Esa suerte de ultimátum fue sorpresivo. Hasta el accidentado Consejo del martes, Muhamad siempre había derrochado sintonía con el mandatario. El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible ha elevado su perfil desde que Petro llegó al poder, y ella ha brillado con luz propia en un Gabinete inestable. Era, hasta ahora, una de los únicos tres ministros del equipo original que han sobrevivido luego de los dos años y medio de Gobierno –junto a la ministra de Trabajo y el de Defensa–. Ya había sido secretaria de esa misma cartera cuando Petro era alcalde de Bogotá, entre 2012 y 2015. “Para mí personalmente fue duro, chocante, ver a Armando Benedetti exactamente al lado del presidente, me parece que es un símbolo de empoderamiento político muy grande”, se sinceró Muhamad este domingo al relatar su malestar del martes.
Susana Muhamad @susanamuhamad presentó oficialmente su renuncia al Ministerio de Ambiente.
— Los Danieles (@losdanieles) February 9, 2025
🔴 Siga aquí la entrevista en vivo de #LosDanieles https://t.co/8oJ7Jqx8Zc pic.twitter.com/B6RhaaKxBF
A pesar de que muchos la postulan desde hace tiempo como una potencial sucesora de Petro, y le atribuyen aspiraciones electorales en los comicios de 2026, Muhamad había manifestado recientemente a EL PAÍS que deseaba continuar. “Estoy más inclinada a terminar la tarea de fondo y lograr en el tiempo que tenemos el mayor legado posible”, sostuvo en diciembre. “No hay que despreciar que llegó un Gobierno con otros valores políticos y que hay una gran oportunidad de utilizar este lugar desde el Estado para transformar pilares del proceso ambiental. La oportunidad es muy corta, y no creo que deba desperdiciarse”, señaló entonces.
Petro es un ecologista convencido, abanderado de la lucha contra la crisis climática para evitar la extinción de la humanidad, como suele advertir en todo tipo de foros. Muhamad, una politóloga de ascendencia palestina con una maestría en Desarrollo Sostenible de la Universidad de Stellenbosch, en Sudáfrica, había sido la encargada de aterrizar la visión del presidente para uno de los países más biodiversos del mundo, con una porción considerable de la selva amazónica que ocupa el 42% de su territorio.
Su mayor vitrina internacional llegó como presidenta y anfitriona de la enorme Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad, la COP16 que albergó Cali en octubre y noviembre del año pasado, bajo el lema de “hacer la paz con la naturaleza”, muy oportuno en un país que busca doblar la página de la violencia. En Cali se acordaron varios de los temas que más interesaban a Colombia, entre ellos que los pueblos indígenas y comunidades locales se conviertan en un grupo que asesore permanentemente a la Convención de Diversidad Biológica de Naciones Unidas (CDB) y que se reconozca el conocimiento ancestral de los afrodescendientes. Pero después de dos semanas de negociaciones, la COP16 quedó suspendida y las discusiones para abordar los temas pendientes –entre ellos el financiamiento– se retoman este mes en Roma. Muhamad debía presidir también esas sesiones, pero su papel en la recta final de las complejas negociaciones diplomáticas ha quedado en el aire. “En el cierre de la COP16 yo tengo una responsabilidad muy grande, le he puesto en esa carta [de renuncia] al presidente la consideración de esa circunstancia”, explicó este domingo.
El Gobierno de Petro, bajo la batuta de su ministra de Ambiente, también se apuntó un hito histórico al reportar para 2023 las cifras anuales de deforestación más bajas desde que se llevan registros, menos de 80.000 hectáreas. Como suelen recordar los expertos, de la conservación de los ecosistemas amazónicos depende, entre muchas otras cosas, la regulación del clima y la oferta de agua en la zona andina de Colombia, donde se ubican grandes ciudades como Bogotá, a través de los llamados “ríos voladores”. Pero nadie se confía, y la propia Muhamad era la primera en alertar que las cifras para 2024 van a mostrar un considerable retroceso. Esa será ahora una de las principales preocupaciones de quien la suceda.
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