Tengamos el rock en paz
"NO", contesta Ricky Wilson, tajante, y con un poco de sorna, cuando se le pregunta si ha oído el nuevo disco de Oasis. Su banda, Kaiser Chiefs, se ha convertido en los últimos meses en el blanco favorito de los dardos verbales de Noel Gallagher. "Claro que sé por qué lo hace. Porque estamos dando entrevistas y Noel sabe que así va a salir mencionado en todas. Publicidad gratuita. Es la verdad".
La frase del líder de Oasis está llena de mala leche. "The Monkees no han roto, ahora se llaman Kaiser Chiefs. Tomé drogas durante 18 años y nunca estuve tan mal como para decir, '¿Sabes qué? Pienso que Kaiser Chiefs son brillantes". Vamos, que es una banda de pop blandita y prefabricada. Lo peor que se le puede llamar a un grupo con credibilidad.
"Claro que es divertido. Pero sólo cuando se mete con la banda y dice lo malos que somos. Lo que no me hace gracia es cuando se mete con los miembros individualmente, tipo 'el cantante es un gilipollas'. Yo estoy todo el día con gente cuyas bandas me apestan, pero que odie su grupo no quiere decir que le odie a él. La música es música. Si a la gente no le gustan los Kaiser, yo no me voy a ofender, pero me disgusta la gente que me critica personalmente. Es de colegiales. Y además es un problema para ellos cuando se encuentran contigo. Porque si has hablado mal de la música de alguien no pasa nada. Se lo dices a la cara y quizá hasta te descojones. Pero si le has llamado imbécil, ¿qué cara pones cuando te lo cruzas?", reflexiona Wilson.
Acaba de cumplir los 30 y habla con una seguridad pasmosa. Pongamos un ejemplo: ¿Cómo es la música en tu ciudad, Ricky? "La música en Leeds es variada. Nunca ha habido un sonido Leeds, si quitas cierto momento en los ochenta que estaba lleno de góticos. El problema de ciudades como ésta es que, de repente, aparece una banda grande como nosotros y los sellos creen que en ese sitio debe haber otras mil iguales y se lanzan a contratar todo lo que pueden, y eso nunca funciona".
"Una banda grande, como nosotros", la modestia para los demás. Ese grupillo que hace cuatro años estaba haciendo una gira conjunta con Bloc Party, Futureheads y The Killers para darse a conocer, ahora, a punto de publicar Off with their heads, su tercer álbum, ya se considera un grande, amigo de, por ejemplo, su gran ídolo, Paul McCartney. "Hemos llegado a ese punto en el que me llama por mi nombre. Creo que está tan acostumbrado a que la gente se desmaye a su alrededor y a que le trate como si fuera una aparición que ha desarrollado una forma de ser que intenta desactivar esa forma tan rara de actuar. Así que es muy calmado. Para mi madre fue diferente. Cuando mi madre le conoció... Mira, la llevé al camerino de Paul y, cuando entramos, tenías que haber visto la cara de mi madre. Fue probablemente el mejor minuto de mi vida".
La verdad es que, de la generación Franz Ferdinand, son de los que no han vacilado. Su primer disco en 2005, Employment, les hizo teloneros de U2, pero su único número uno llegó con Ruby, primer sencillo del segundo álbum, Yours truly, angry mob."Y eso que estábamos demasiado serios y envarados. Este nuevo es más festivo".
En persona, Wilson es afable y relajado. Ilustra casi todo con anécdotas y da la impresión de ser uno de esos tíos que están en todos los fregados. En julio, en el backstage del Summercase Festival de Barcelona, Kele, cantante de Bloc Party, y Johnny Rotten, de los Sex Pistols, se liaron a puñetazos por un comentario que no se sabe muy bien cuál fue. ¿Qué pasaba por ahí? "No me preguntes cómo empezó ni cómo terminó. Yo sólo vi que había un mogollón y, de repente, me encontré intentando separar a Kele. Y es un tío bastante grande; estábamos tres y no podíamos".
Y es que él mismo reconoce que está eufórico, lleno de energía. Han combinado la grabación del álbum, producido por Mark Ronson, otro que está en todas, con una gira por festivales, porque a él eso de los sitios pequeños no le va: "Los conciertos, cuanto más grandes, mejor". En mayo fue la primera banda en tocar en el estadio del Leeds United desde que lo hiciera Happy Mondays en 1991. "Intentamos no hacer el mismo disco que todas las bandas indie. El problema es, y no quiero dar nombres, porque no merece la pena, que muchas bandas se dejan atrapar por la rutina después del segundo disco. Tienen tantas ganas de ser para todos los públicos... tan interesados en gustar a todo el mundo... qué coñazo". ¿Te refieres a un grupo que empieza por Cold y termina por Play, Ricky? "No voy a dar nombres, tío. Que ya tengo bastantes guerras". Muy bien, pero eso no es una negativa. "Cierto".
Off with their heads, tercer álbum de Kaiser Chiefs, ha salido a la venta esta semana.
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