IU fracasa en su afán de preservar parte de la prisión

No hubo posibilidad de que se estableciera un mínimo acuerdo entre las posiciones de Izquierda Unida y del PSOE en el Congreso en torno al futuro de la cárcel madrileña de Carabanchel, tras haber sido un recinto emblemático para muchos antifranquistas que fueron encarcelados por la dictadura. A través de una proposición no de ley, defendida en la Comisión de Interior del Congreso, el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, intentó que se salve de la piqueta de demolición la cúpula de la cárcel por su valor simbólico y por su "singularidad histórica y urbanística".

En principio, la cúpula tendrá que ser derribada para construir una plaza central con un monumento de memoria histórica, un hospital, una guardería, un centro de estudios, diversos equipamientos públicos y 600 viviendas, de las que un 30% serán de protección oficial. Éste fue el acuerdo entre el Ayuntamiento de Madrid, el Gobierno de España, a través del Ministerio del Interior, y la Comunidad de Madrid. El protocolo de desarrollo de este plan urbanístico lo firmaron el pasado mes de junio el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, y el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Rosa Díez, de UpyD, y Emilio Olabarría, del PNV, apoyaron la tesis de Llamazares

No es que Llamazares se oponga totalmente al levantamiento de todo lo anterior, sino que pretende que se preserve una parte para erigir, a la manera que existen en otros países, una zona en la que se mantenga vivo el símbolo de la represión franquista. Llamazares reconoció implícitamente que poco tenía que hacer tras haber recibido una carta de la directora de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, "propietaria del inmueble, en la que descarta la rehabilitación solicitada".

Lo cierto es que, casualidad o no, Llamazares se enteró poco antes de empezar esta sesión que una grúa había derribado el muro que circunda la cárcel y que dos grandes máquinas estaban en la zona. El diputado de IU denunció "nocturnidad y alevosía" en el derribo al haber sido informado de que los trabajos empezaron en la madrugada.

El portavoz del PSOE Juan Barranco mostró dudas de que hubiera empezado la demolición y se extendió en explicar cuándo empezó a fraguarse un nuevo futuro para la cárcel de Carabanchel. Barranco, que ha dedicado la mayor parte de su vida política a Madrid, ciudad de la que fue alcalde, habló de primera mano de las reivindicaciones de los vecinos desde los años noventa. Las movilizaciones fueron constantes para que los 170.000 metros cuadrados del recinto carcelario fueran utilizados para equipamientos sociales. Barranco, en su relato, remachó que sólo "a mediados de este año aparece ese otro planteamiento que acaba de defender el señor Llamazares".

Con algunas variantes, defendieron la tesis de IU de preservar la cúpula de la cárcel la diputada de UpyD Rosa Díez y el diputado del PNV Emilio Olabarría. En este asunto el PP y el PSOE están juntos, como se apreció en la intervención del portavoz popular Mario Mingo.