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Reportaje:

Curros y Rosalía 'on the road'

El guitarrista Víctor Aneiros adapta al blues textos de poetas gallegos

"Unha noite na eira do trigo / o reflexo do branco luar / unha nena choraba sin trégolas / os desdéns dun ingrato galán". Estos versos de Curros Enríquez son el comienzo de una de las canciones más populares en Galicia y, sobre todo, himno oficioso de los emigrantes. Uno de sus intérpretes más apasionados fue Pucho Boedo, el trovador de Los Tamara, a través de quien no pocos se aprendieron como canción el poema Cantiga, el primero escrito en gallego en el Madrid de 1869 por un estudiante de Celanova de 19 años. Por orquestas, bandas de música, cantautores o coros de niños sigue pasando la melodía creada por Cesáreo Alonso Delgado y el Maestro Chané.

En este 2008 en el que se celebra el centenario del escritor y periodista, dos discos coinciden en publicar sendas versiones, completamente diferentes, del celebérrimo tema. Una se encuentra en el último trabajo de la cantante Uxía Senlle, Eterno navegar; la otra en Heroe secreto, de Víctor Aneiros. La canción es poliédrica, como se prueba en la fineza de Senlle y su banda de músicos del ámbito geográfico y cultural de la lusofonía, así como en la interpretación de Aneiros a la guitarra y la vocalista Paula Martins, quienes convierten el clásico en un blues polvoriento.

"Rosalía hablaba de lo mismo que Robert Jonhson medio siglo antes"
"La morriña es nuestro blues, como la morna o el fado en otros sitios"

"El tema no tiene trampa ni cartón, cogimos el texto tal cual y no hizo falta cambiarle nada; no es tan descabellado interpretar un poema de Curros, de Rosalía o de autores contemporáneos como Ramiro Fonte [recientemente desaparecido] en clave de blues". Desde que tomó la senda de sus admirados Johnny Winter, Rory Gallagher o Eric Clapton y decidió recorrer ese camino en su idioma materno, a Aneiros (Ferrol, 1960) no cesan de pedirle explicaciones sobre su opción lingüística. "Desde los años 30 del siglo XX, Robert Johnson no ha dejado de ser fuente de inspiración para el blues moderno. Los músicos de ahora siguen versionando sus canciones sobre relaciones, el carácter efímero de la existencia, la emigración... ¿De qué si no hablaba Rosalía medio siglo antes que él?".

Este guitarrista y compositor autodidacta combate a golpe de lógica los ataques talibánicos, como él los llama, que se oponen a todo lo que no sea blues negro cantado en inglés: siente que es un estado de ánimo común a todos los seres humanos y que, en el fondo, el rechazo es tan sólo la expresión del miedo a lo desconocido. Aneiros cuenta la anécdota ocurrida con un promotor de un festival andaluz, que le recomendó no cantar en gallego "por si la gente no te entiende". Naturalmente, el ferrolano contravino el consejo. "Al final del concierto, vino a mí y me dijo: 'Oye tío, yo no entiendo ni el inglés ni el gallego, pero ¡hay que ver cuánto transmites!". Es como la morriña, un sentimiento universal y, a la vez, nuestro signo de identidad; ése es nuestro blues, lo que la morna o el fado significan en otros lugares".

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Curiosamente, fue su contacto en la discográfica vasca Gaztelupeko Hotsak quien le animó a decantarse por su idioma. Para entonces, la Víctor Aneiros Band ya había desfilado por el Festival de Jazz de Montreux (Suiza), dos actuaciones en 2003 que dieron origen a un disco, Que el blues te acompañe, aún repleto de versiones y con pocos temas propios. El despegue cogió impulso al hilo de la publicación de O blues do amencer (2004). Ahora acaba de completar una serie de conciertos en Madrid y en el Festival de Blues de Cerdanyola (Barcelona).

La estética blues-rock impregna las fotografías de Heroe secreto, como todo lo que contiene este proyecto entre varios mundos. La piedra desnuda de la Praza da Quintana de Santiago luce áspera como el desierto de Nevada. Frente a ella, las siluetas recortadas de los miembros de la Víctor Aneiros Band se parecen un poco a las de los tipos duros de los western. El pianista Manuel Gutiérrez y el batería Marcos S. Yáñez se mantienen fieles a la banda, en la que también tomó parte el contrabajista Xacobe Martínez Antelo. ahora concentrado en otros proyectos. El disco, por cierto, está dedicado a Pucho Boedo.

Víctor Aneiros, en el muelle de Ferrol.
Víctor Aneiros, en el muelle de Ferrol.GABRIEL TIZÓN

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