"Temo que aumente el proteccionismo"
Enrique Iglesias se prepara ya para viajar a El Salvador donde a finales de mes se celebrará la 18ª Cumbre Iberoamericana. La reunión estará dedicada a la juventud, pero el impacto de la crisis internacional en la economía de América Latina también será objeto de análisis. "La cumbre no puede permanecer sorda a los grandes temas que la rodean estos momentos", afirma el secretario general iberoamericano. "El tema de la crisis financiera será dominante en el debate entre los presidentes". Iglesias, que asumió su cargo en 2005 tras presidir durante 17 años el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), piensa que de la reunión de San Salvador saldrá "una toma de conciencia colectiva de la gravedad del problema, un reconocimiento de los esfuerzos que ha hecho América Latina para mejorar su condición económica y una llamada clara a la comunidad internacional a seguir profundizando en medidas que permitan restablecer la confianza". Uruguayo de nacionalidad, aunque nacido en Asturias hace 78 años, Iglesias conversó esta semana con EL PAÍS en su despacho de Madrid, con magníficas vistas al paseo de Recoletos.
"Brasil es la primera gran potencia mundial generada en Latinoamérica"
"EE UU debe hacerse cargo de que América Latina es hoy dueña de su propio destino"
"Estamos mejor preparados que nunca para hacer frente a una crisis"
"Nos importa mucho que China mantenga su ritmo de crecimiento"
Pregunta. La crisis estalló en EE UU y dio el salto a Europa. ¿Le toca ahora a América Latina?
Respuesta. Más tarde o más temprano, los efectos están llegando. El impacto más fuerte lo estamos viendo en los precios de las materias primas, con caídas fuertes, y esto tiene consecuencias fiscales. Hay muchos Gobiernos que dependen de los impuestos a la exportación. Además, el turismo puede notar los efectos y están cayendo las remesas, que para América Latina son muy importantes. Y por último, el otro impacto que se empieza a ver es que las empresas grandes latinoamericanas que se estaban financiando en los mercados internacionales empiezan a ver ese financiamiento detenido y reducido. De manera que impacto está habiendo, pero estamos mucho mejor preparados que nunca. Tenemos una buena macroeconomía, sistemas bancarios sólidos, balanzas comerciales positivas y, además, una flexibilidad de variables económicas, sin hablar de las reservas, que están en límites realmente excepcionales: más de 460.000 millones de dólares.
P. ¿Va a caer la inversión extranjera?
R. Inevitablemente. En los momentos de crisis las empresas pierden el apetito por las inversiones en el extranjero. Algunas no, porque seguramente tienen mercados generosos y amplios, pero otras empresas importantes van a ser mucho más cautas y sobre todo más efectivas en cuanto a la inversión. Por eso, los países deben entender que cuanto mejor clima de negocios tengamos, más podremos captar a empresas internacionales reticentes y con menos apetito.
P. Tanto el FMI como la CEPAL pronostican una ralentización económica en América Latina para este año y el que viene. ¿Qué efecto puede tener esa ralentización en la lucha contra la pobreza y la consolidación de las clases medias?
R. La CEPAL está hablando de un crecimiento del 4,8%. Creo que es una visión un poco optimista, dada la evolución del mundo. Pero la tasa de crecimiento ciertamente todavía es positiva y, en términos históricos, bastante positiva. Nos importa mucho ahora el mantenimiento del crecimiento de la economía china. China es muy importante, sobre todo para los países de Suramérica, por la importancia que tiene la compra de metales y de alimentos. Con respecto a la pobreza, me preocupa más el impacto de la subida de los precios de los alimentos y de la energía, el hecho de que podamos tener sectores populares empobrecidos por esas causas. Ya se está dando y hay temor de que perdamos parte de las ganancias que hemos tenido en materia de lucha contra la pobreza en algunos sectores de la región.
P. Brasil se perfila como gran potencia regional.
R. Es una gran potencia ya, regional y mundial. Es, sin duda alguna, la primera gran potencia mundial generada en América Latina. En el orden económico y en el orden político.
P. ¿Es positivo para América Latina ese liderazgo que Brasil está asumiendo?
R. Es positivo, porque Brasil está procurando mantener un equilibrio entre su liderazgo mundial y su liderazgo regional. En este momento, el liderazgo regional tiene en la figura del presidente Lula una importancia muy grande, y eso se refuerza por el compromiso internacional que tiene.
P. Venezuela, Bolivia y Ecuador han elegido un camino distinto de los demás. Se enfrentan directamente a Estados Unidos e intervienen más en la actividad económica.
R. Es cierto que estos países le dan mayor importancia al papel del Estado en la conducción de los procesos económicos, pero de ninguna manera están renunciando a la existencia de los mercados. En lo que tiene que ver con Estados Unidos, espero que el próximo proceso electoral abra las puertas a una normalización de los conflictos que aún existen.
P. ¿Es posible que la integración de América Latina avance con dos modelos distintos?
R. En términos generales, es posible. Si algo tenemos muy claro en esta experiencia en que estamos metidos, es que tenemos que privilegiar la capacidad de vivir en la diversidad. En toda la región hay cosas que siguen siendo comunes: la existencia de un mercado, de unas políticas públicas con distinto grado pero coexistiendo, la lucha contra la inflación, la apertura al mundo de las economías... Todo esto forma parte de un común denominador.
P. Las negociaciones en la Organización Mundial de Comercio (OMC) para cerrar la Ronda de Doha siguen estancadas. ¿Qué consecuencias tiene esto para América Latina?
R. Nosotros estamos tan interesados como el resto de la comunidad internacional en cerrar una ronda de negociaciones. Es muy lamentable que no haya sido posible. Tengo el temor de que la crisis actual profundice las tendencias proteccionistas y defensivas de los países, y que eso conspire contra la capacidad de cerrar un proceso negociador interminable. Ojalá me equivoque.
P. ¿Qué se juega América Latina en las elecciones de EE UU?
R. Creo que la política norteamericana deberá hacerse cargo de que América Latina es hoy una región mucho más dueña de su propio destino y de que hay muchos problemas e intereses que nos unen. En ese sentido, espero que se restablezca una relación de cooperación que nos viene bien a los dos.
P. Barak Obama ha dado señales durante la campaña de ser partidario del proteccionismo.
R. Nos preocupa que los dos candidatos hayan dado señales en esa dirección, y ésa es una mala noticia, sobre todo si uno mira la importancia de EE UU en la orientación del comercio. Pero pienso que una cosa son las campañas electorales y otra las realidades. También el presidente Clinton, cuando llegó a la Casa Blanca, estaba en desacuerdo con el tratado de libre comercio con México y Canadá y, sin embargo, después capitaneó su aprobación.
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