Cientos de guardias civiles desafían a Interior en una protesta con la policía
Multitudinaria manifestación en Madrid para reivindicar mejoras salariales
Guardias civiles y policías nacionales se unieron ayer por primera vez en una multitudinaria manifestación para reivindicar mejoras laborales y salariales. En una marcha por Madrid de unas 15.000 personas -cifra que los organizadores elevan a 25.000 e Interior rebaja a 7.000-, cientos de agentes del instituto armado desafiaron al Gobierno, que les había advertido en reiteradas ocasiones de las consecuencias que les puede traer la protesta: sanciones, expedientes disciplinarios e, incluso, la expulsión del cuerpo.
Acusan a Rubalcaba de engañarlos y luego utilizarlos en los funerales
Los guardias civiles no se dejaron amedrentar y algunos de sus representantes se colocaron en la cabecera de la marcha sosteniendo la pancarta con el lema Por la dignidad económica y profesional. Acudieron 3.000 agentes del cuerpo, según el secretario general de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), Alberto Moya, quien aseguró que "las amenazas del ministro [del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba] han servido de acicate".
Tanto ellos como los policías tienen una reivindicación principal: la equiparación salarial con los agentes de los cuerpos de seguridad autonómicos, como la Ertzaintza o los Mossos d'Escuadra. Los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) "cobran hasta un 30% menos por el mismo trabajo", según los cuatro sindicatos representativos del CNP, que se mantienen unidos en la protesta.
La marcha transcurrió sin incidentes, pero con mucho ruido. Especialmente al pasar frente al Ministerio del Interior, cuando estalló una traca de petardos y arreciaron los gritos que sonaron durante todo el recorrido: "¡Rubalcaba, súbenos la paga!" y, sobre todo, "¡Rubalcaba, dimisión!". El ministro fue el principal objetivo de las críticas en la plaza de Colón, donde terminó la protesta. "Por mentirnos, por no dialogar con nosotros, por utilizarnos en los funerales", dijo el portavoz de la unidad de acción sindical, José Ángel Fuentes Gago. "Pasará a la historia como el primer ministro del Interior que ha conseguido que policías y guardias civiles hagamos causa común ante sus ataques injustos y arbitrarios", añadió.
Los desencuentros entre los sindicatos y el ministerio explotaron el pasado mayo, cuando las negociaciones para mejorar los salarios se rompieron y los representantes de los policías se declararon en conflicto. Los policías no tienen derecho a huelga, pero hicieron un paro de celo durante buena parte del verano.
La falta de salidas a las reivindicaciones acabó con la convocatoria de la manifestación de ayer. A ella se sumaron representantes de los sindicatos de la Ertzaintza y los Mossos d'Escuadra. También varias asociaciones de policías europeos que representan a unos 800.000 agentes. "Pedimos respeto, libertad, derechos y un salario justo para nuestros compañeros", dijo una portavoz de la Federación Europea de Policía (Eurocop).
Miles de agentes, muchos de ellos acompañados por sus familias, jaleaban los discursos. El dirigente del Sindicato Profesional de la Policía Fernando Vivas se solidarizó con los guardias civiles: "Nuestros compañeros tienen la boca cerrada, pero nosotros se la vamos a abrir". En efecto, los miembros del instituto armado no se pronunciaron en el estrado de Colón ni figuraron como convocantes de la manifestación, aunque los logotipos de la Unión de Guardias Civiles (UGC) y de la AUGC figuraban en las pancartas.
Las advertencias de Rubalcaba y del director de la policía y la Guardia Civil, Francisco Javier Velázquez, quienes aseguraron que los agentes verdes no tienen derecho a hacer manifestaciones con reivindicaciones de tipo sindical, provocaron que los dirigentes de Unión de Oficiales de la Guardia Civil no acudiesen para no servir de "rehenes". Además, muchos funcionarios taparon ayer sus caras con gafas, pañuelos o caretas del propio ministro. Otros mostraban sin pudor petos o llevaban grandes carteles con los distintivos de las asociaciones. También había algún tricornio y gorras oficiales, aunque no se vieron uniformes. No repitieron los guardias la protesta del 20 de enero de 2007, cuando cientos de agentes uniformados protestaron por los incumplimientos del Gobierno, que había prometido una ley de derechos y deberes de los guardias. Una veintena de agentes fueron expedientados por aquella concentración. La ley fue aprobada tres meses después. Desde entonces, estos funcionarios pueden manifestarse sin uniforme y con este argumento las asociaciones del cuerpo han anunciado querellas contra Rubalcaba y Velázquez por coacciones.
Consultado por este periódico, el Ministerio del Interior no se pronunció ayer sobre las posibles sanciones a los guardias que se manifestaron. Fuentes del departamento sí expresaron el respeto al derecho de manifestación de los policías y reiteraron su voluntad de diálogo con los sindicatos. También recordaron las sucesivas subidas salariales de los agentes del CNP y la Guardia Civil en los últimos cuatro años, así como el esfuerzo económico en ampliar unas plantillas (ahora superan los 140.000 agentes) que "el PP había dejado bajo mínimos".
Reivindicaciones
-Sueldo. La principal reivindicación es la equiparación salarial de los policías y guardias civiles con otras policías autonómicas. Aseguran percibir unos 500 euros mensuales menos que sus compañeros (ver gráfico).
- Jornada. Piden equiparar su jornada laboral con las de otros funcionarios de igual categoría.
- Carrera. Reivindican una mejora en la carrera profesional y la regulación de los ascensos dentro de los cuerpos.
- Segunda actividad. Aseguran que los agentes que pasan a segunda actividad pierden hasta un 30% de poder adquisitivo, algo que consideran desproporcionado.
- Mandos. La escala ejecutiva pide la implementación de sistemas que mejoren las garantías jurídicas de quienes toman decisiones comprometidas, planifican actuaciones de compleja ejecución o firman escritos que implican la disposición directa de importantes sumas de dinero.
- Medios. Denuncian que los medios con los que trabajan son escasos e inapropiados.
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