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Reportaje:CURIOSIDADES VIAJERAS

¡Este viaje es una ruina!

Estaciones de miedo, hoteles de pesadilla... los lectores relatan sus peores experiencias

Patricia Gosálvez

Desengañémonos; a veces, viajar dista mucho de ser un placer. ¿Quién no ha esperado en vano un tren que no llega? ¿Cuántas veces la habitación del hotel no se parecía en nada a la foto del folleto? ¿Y qué hay de las propinas obligatorias?, ¿de los taxistas que te timan?, ¿de los monumentos a reventar de turistas donde no se ve nada? De las colas de los aeropuertos ni hablamos. Aquí van un puñado de consejos, de viajero a viajero, extraídos de sus malas experiencias. Pesadillas basadas en hechos reales.

No viaje en tren de Bucarest a Sofía

Elisa García. 19 años. Madrid. Estudiante.

?Viajo muy a lo loco, así que me pasa de todo. La peor decisión que he tomado fue coger el tren local que recorre los 400 kilómetros que separan Bucarest (Rumania) de Sofía (Bulgaria). Fue un horror de 14 horas; andando habría llegado antes. Había tantas cucarachas que pararon varias veces para desinfectarlo. El agua del lavabo era marrón y la temperatura pasaba de un calor asfixiante a un frío tremendo. Además, se trata de una frontera conflictiva, llena de guardias con ametralladoras, y con inspecciones de hasta dos horas. Físicamente fue terrible; psicológicamente, como vas con amigos, te acabas riendo y comentándolo con el resto de pasajeros. Aun así, ¡no se lo recomiendo a nadie!?.

No vaya a Praga en agosto

Juan José Maroto. 48 años. Madrid. Maquetista.

?Todo el mundo habla tanto de Praga que me moría de ganas por ir. Pero fui en verano y fue una terrible decepción: ¡parecía una feria de ganado! Para cruzar el puente de Carlos había que pedir la vez, como en la Expo. Nos marchamos al día siguiente. Es una pena que una ciudad tan hermosa se haya convertido en una especie de parque temático, donde todo el mundo se apelotonó en los mismos diez sitios. Cuentan que hace años era otra cosa... Tendré que volver en temporada baja?.

No llegue de madrugada a una estación

Hernando Gómez. 31 años. Murcia. Empresario.

?Hace años llegué de madrugada a la estación central de Berlín y nunca he pasado tanto miedo. Fue un choque: vagabundos, gente pinchándose en las esquinas y un frío horrible. El buen viajero sabe que conviene llegar a los sitios antes de las diez de la noche para evitarse este tipo de susto?.

No se ahorre la autovía de pago en Sicilia

Esther Basanta. 33 años. Barcelona. Blogger www.missviajes.com.

?Siempre prefiero viajar por carreteras secundarias, más pintorescas, pero hay una excepción. Entre Messina y Catania decidimos no coger la autovía de pago, y la alternativa es horrorosa. Un camino de cabras durante unos 100 kilómetros, en el que echas media tarde... Tiene dos direcciones, pero un solo carril; está al borde de un acantilado, pero no tiene quitamiedos; hay tramos que ni siquiera están asfaltados. Y encima hay italianos que conducen como locos?.

No vuele en avionetas que se caen a trozos

Susana Díaz Pantoja. 32 años. Cádiz. Trabajadora social.

?El viaje en avioneta al Salto del Ángel (Venezuela) es increíble, sobrevuelas la pura selva, el lugar que inspiró El mundo perdido; ves lo que parece un mar y resulta que es el afluente del afluente del Orinoco... El problema es la avioneta. Por fuera está bien, pero llega el piloto y... ¿sabes cuando te tocas todos los bolsillos buscando las llaves? Bueno, pues no las encuentra y ¡el tío se va al bar a buscarlas! ¡Al bar! Por fin despega. Enciende el aire acondicionado hasta que el frío es polar. Intento bajarlo, pero me quedo con la rosca en la mano. Mi novio se apoya en el manillar de la puerta y lo arranca, ¡el cacharro se cae a trozos! En esto que el piloto saca un periódico, lo abre y no vuelve a subir la vista hasta el aterrizaje. Se lo leyó entero. Viajábamos con una señora con pánico a volar que hacía respiraciones como si fuese a parir. Yo acabé con los labios morados. Aunque lo volvería a hacer... llegas a la catarata y se te olvida todo, incluso que tienes que volver?.

No se fíe de las guías

Iria Villar. 28 años. Bilbao. Marketing.

?Siempre viajo con una, pero hay que comprobar, porque a veces las guías, incluso las más prestigiosas, pinchan. En Suráfrica nos dirigió a un hostal ?pintoresco, ideal para aventureros, en un entorno maravilloso, con un precioso mirador?. Cuando llegamos allí era un horror, una cabaña con cuatro maderas. El dueño, medio colocado, no tenía sitio, pero no paraba de repetir ?no problem?. Al final echó a otro viajero de una habitación para meternos a nosotros. Una de las camas estaba desecha, en la otra ¡había un pasaporte! Dormí con la ropa puesta y nos fuimos sin desayunar. No creo que el que escribió la guía se molestase en ir?.

No improvise en Indonesia

Mª Lluïsa Villar. 48 años. Barcelona. Periodista.

?Indonesia es uno de los países más corruptos del mundo, conviene tenerlo todo cerrado. Yo intenté comprar un billete de avión y, después de cambiarme tres veces el horario y cobrarme un vuelo normal, viajé en una línea de bajo coste que salió a las seis de la mañana. Peor fue lo del tren de Yogyakarta a Yakarta. En la agencia de viajes nos dijeron que no quedaban asientos y tuvimos que comprar los billetes de reventa, por el doble... ¡y en la propia agencia!?.

No suba al metro en Tokio en hora punta

Javier Castellano. 33 años. Granada. Arquitecto.

?Nunca hay que meterse en la Yamanote Line a las ocho de la mañana. Puedes morir aplastado y seguro que te golpean y manosean. El metro en Tokio es, en general, una locura. Cada línea tiene un precio, y para hacer transbordos muchas veces tienes que volver a salir a la calle y caminar un rato para encontrar tu parada. Es graciosísimo ver los carteles por la acera, como si la calle fuese un tramo más del andén.

¿Recuerdas aquellas vacaciones en las que todo salió mal? En EL VIAJERO puedes ayudar a otros lectores a ahorrarse un mal trago: desaconseja un hotel, un lugar o una hora para viajar

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Sobre la firma

Patricia Gosálvez
Escribe en EL PAÍS desde 2003, donde también ha ejercido como subjefa del Lab de nuevas narrativas y la sección de Sociedad. Actualmente forma parte del equipo de Fin de semana. Es máster de EL PAÍS, estudió Periodismo en la Complutense y cine en la universidad de Glasgow. Ha pasado por medios como Efe o la Cadena Ser.

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