El verso cercano de Margarit gana el Premio Nacional de Poesía
El libro 'Casa de Misericòrdia' recibe su quinto galardón
"Para aquello imprescindible para vivir, siempre hay tiempo". Por eso, para Joan Margarit (Sanahüja, Lleida, 1938), a pesar de llevar sólo siete horas como flamante Premio Nacional de Poesía por su libro Casa de Misericòrdia, el verso -el suyo es cercano, vital, realista- pasa por delante de todo y el compromiso que tenía ayer era recitar algunos de sus poemas en la barcelonesa librería La Central del Raval. Lo demás importaba poco.
El galardón, otorgado por el Ministerio de Cultura para distinguir una obra de un autor español escrita en cualquier lengua del Estado y dotado con 20.000 euros, no le alteró mucho. "Eso es azar, con un punto de ironía cuando haces poesía: está la oscuridad delante y detrás, y a veces pasa que estalla una luz", dibuja Margarit, tercer bardo catalán en obtener este premio tras Joan Vinyoli (1985) y Pere Gimferrer (1989).
Intentaba explicar el poeta por qué el de ayer era el quinto premio que recibía ese libro suyo (Proa en catalán, que ha vendido ya 6.000 ejemplares; Visor, en bilingüe), tras el Nacional de la Crítica en catalán, el Rosalía de Castro, el Cavall Verd y el de Poesia de Catalunya, y que toma su título de la institución que en el primer franquismo acogía a los huérfanos pobres, "aquellos que perdieron a sus padres por culpa de los mismos que entonces les cobijaban". Para ello, remitía a la función que siempre ha de cumplir la poesía y que quizá se acentúe más si cabe en ese poemario: "Se trata de resguardarnos de la intemperie, esa vida que muchas veces nos da desamor, que nos provoca pérdidas brutales... ¿Dónde refugiarse entonces: en un partido de fútbol, en un concierto de rock? No, para eso está sólo el arte, la filosofía... y la poesía, claro".
Tampoco le sirve el laconismo que, quizá por ser arquitecto y especialista en cálculo de estructuras, dicen que otorga a sus versos una textura exacta y austera. "Ayuda ser de ciencias para fijar un léxico, pero Joana también era así de desnudo: es mi libro que ha leído más gente [unos 10.000 ejemplares vendidos y se reeditará en noviembre con un CD] y el que, en cambio, ha tenido menos premios". Y acaba: "¿Maestros? Pla y Sagarra, con los mejores es suficiente".
Admite que su poesía siempre es muy realista y cercana, sin circunloquios: "No hay más que la realidad para escribir", cree uno de los poetas más leídos hoy en Cataluña. "La poesía es más realista que la economía; por eso ha de ser buena o mala, no tiene término medio, y si no se te entiende, es que no haces versos, sino magia, trucos".
No habrá de eso en su próximo libro, que aparecerá el 4 de noviembre, Misteriosament feliços: "Ya es difícil ser feliz y más cuando te quedan quizá 15 años de vida. ¿No es un misterio". Hay otro mayor: "Que siempre hay alguien que está esperando aquello". La magia del poema.
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