Iniciativa contra el caos
Los mercados esperan que el Ecofin proponga recetas concertadas para frenar la crisis bancaria
La crisis bancaria en Europa, centrada inicialmente en el riesgo de quiebra de entidades financieras como Fortis, Dexia o Hypo Real State, se ha traducido rápidamente en un nerviosismo creciente de los ciudadanos por los depósitos de sus cuentas. Por esa razón, los Gobiernos europeos han salido públicamente a tomar decisiones drásticas para atajar de raíz un problema que amenazaba con convertirse en un pánico incontrolable. El Reino Unido, Irlanda, Bélgica, Alemania o Portugal han tomado decisiones intervencionistas que consisten en garantizar los depósitos, con lo cual han evitado en primera instancia que el pánico se propague. España aumentará el mínimo garantizado de los depósitos. Pero las consecuencias de estas decisiones son caóticas. Existe un riesgo evidente de que una gran cantidad de dinero fluya desde los países con menos garantías públicas a aquellos que tienen los depósitos absolutamente garantizados. Es un procedimiento perverso que aumenta la probabilidad de depresión económica en Europa.
El Ecofin, que concluirá hoy sus sesiones, es la instancia llamada a proponer recetas contra este desorden financiero. El orden empezaría a restablecerse si se aplicasen medidas homogéneas en los países de la Unión. Una elemental sería que las intervenciones de los Gobiernos en sus mercados financieros se anunciasen de forma conjunta y simultánea. Las disposiciones estrictamente nacionales tienden a agravar las crisis, puesto que suelen perjudicar a terceros países, que se consideran agraviados. En buena lógica, también tendrían que unificarse las garantías de depósitos en la eurozona. La política de garantía total empuja a todos los países del área a hacer lo mismo, aunque sus entidades financieras sean solventes, para evitar la fuga de capitales.
Los descalabros de ayer en los mercados europeos -el Ibex cayó un 6%, el segundo descenso en importancia del año, París tuvo la mayor caída de su historia y Londres se desplomó casi el 8%- recogen la decepción de los inversores por esta falta de coordinación que puede llevar a una recesión prolongada. Pero también es un grito de protesta por la incapacidad de las autoridades europeas para tomar iniciativas. Si el diagnóstico está hecho y la banca europea se consume por la falta de liquidez, una medida más razonable y perentoria debería ser la creación -o el anuncio de creación- de un fondo común para garantizar esa liquidez, cuya ausencia está asfixiando no sólo a las entidades financieras, sino también las inversiones y la creación de empleo. Con el mercado interbancario prácticamente cerrado, las autoridades económicas comunitarias tienen que resolver este problema con cierta urgencia.
España no es una excepción. Su sistema financiero también se asfixia por falta de crédito y poco a poco se erosionan los resortes del crecimiento. Solbes acierta cuando exige que Europa dé una respuesta unida. Pero por si esa respuesta se retrasa, Economía y el Banco de España han anunciado que van a aumentar el Fondo de Garantía de Depósitos, en línea con las decisiones que ya han tomado varios países europeos. El hecho de que el sistema bancario español sea solvente y haya cumplido los requisitos de riesgo no evita el daño que produce la falta de crédito. Para los bancos y las cajas no resulta cómodo operar con el BCE como única fuente de liquidez. Por eso no es imprudente tener dispuesto un plan para dotar de liquidez al sistema, bien sea a través de un fondo mixto del ICO y los bancos, encargado de adquirir las emisiones y activos de las instituciones, o comprar titulizaciones hipotecarias o a través de otros métodos similares. El Gobierno español también tiene que recuperar la iniciativa frente a esta crisis.
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