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Reportaje:Información privilegiada | Empresas & sectores

¿De verdad quiere Sacyr vender Repsol?

El grupo constructor pretende consolidarse como primer accionista de la petrolera

Miguel Ángel Noceda

Al principio de la semana el ministro de Industria, Miguel Sebastián, sugirió que el Gobierno vería con muy malos ojos la entrada de un inversor extranjero en el grupo Repsol YPF. "Preferimos que sea español, pero una cosa es preferir y otra intervenir", previno. Se refería, evidentemente, a la posible venta del 20% del capital de la petrolera que tiene Sacyr-Vallehermoso en sus manos y de la que se ha venido especulando durante todo el mes de septiembre.

Pero, ¿de verdad quiere Sacyr vender Repsol? A estas alturas de la película todo indica que la posibilidad, si alguna vez rondó por la cabeza de los responsables del grupo que preside Luis del Rivero, es cada vez más remota. La constructora está a punto de cerrar -si no la ha cerrado ya- la venta de su filial de infraestructuras Itínere, lo que supondrá unos sustanciosos ingresos que servirán para reducir de forma significativa la deuda del grupo y despejarán la necesidad de obtener más recursos mediante la venta de otros activos.

La venta de Itínere permite obtener recursos y no hacer más desinversiones

Sacyr, que el jueves celebró consejo de administración, arrastra una deuda superior a los 18.200 millones de euros y se ha encontrado agobiada por hacer frente a algunos pagos y por la crisis inmobiliaria que afecta a uno de sus brazos armados, Vallehermoso. Por esa razón puso en marcha un saneamiento consistente, entre otras cosas, en la venta de activos, que comunicó como hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Aunque nunca especificó cuáles serían esos activos, en los mentideros enseguida se les pusieron nombres: Itínere, Valoriza y Repsol YPF.

"En tiempos de crisis, si uno quiere reforzarse tiene que vender activos, y si Sacyr quiere reforzarse en Repsol tiene que vender otros activos como Itínere". La frase, de un observador del mercado, es clarificadora. En el entorno cercano a la empresa, por otro lado, siempre se ha subrayado que nunca se había comunicado tal cosa a la CNMV. No obstante, en esto del mercado todo depende de lo que ofrezcan. Sacyr compró a 25 euros la acción y sería difícil que vendiera por menos de 40 euros. El viernes, la cotización de Repsol cerró a 20,71 euros por acción, lo que supone un valor total de casi 25.300 millones.

Pero si lo de Itínere, que Sacyr intentó sacar a Bolsa sin éxito el año pasado, tenía todo el sentido y, de hecho, ya estaba en marcha; sobre las otras hay dudas. Entre otras cosas, por el precio. Hay quien aventura que Del Rivero y sus socios (Juan Abelló, Demetrio Carceller, José Manuel Loureda y Manuel Manrique, principalmente) dejaron correr la eventualidad para sondear el mercado, pero que nunca estuvo decidido.

En todo caso, la solución de Itínere, en cuya puja entró fuerte el fondo Alinda Capital Partners con una oferta de unos 9.000 millones en competencia con la del CITI-Abertis, despeja el camino y conforta a Del Rivero y los suyos para apostar fuerte por Repsol. El grupo Sacyr se incorporó a la petrolera cuando todo era oro y miel en el mundo de las constructoras. La bonanza de las cuentas le permitió convertirse en el principal accionista y entrar en el núcleo duro del primer grupo energético español junto a La Caixa, con la que ha mantenido buenas relaciones. Del Rivero, Abelló y Loureda se incorporaron al consejo de administración, el primero como vicepresidente, y están muy al día de la gestión de la empresa que preside Antonio Brufau.

Las mismas razones de entonces sirven ahora para mantenerse y reforzar su posición en una empresa cuyo futuro parece prometedor tras el descubrimiento, junto a Petrobrás, de varios yacimientos en la costa brasileña. Además, su permanencia asegurará la españolidad que tanto le gusta al Gobierno de Rodríguez Zapatero, y que ahora está garantizada y blindada entre Sacyr y La Caixa, que controla en torno al 15% (un 6% a través de la sociedad Repinves, cuyo capital comparte con Caixa de Catalunya y que, según fuentes conocedoras, sí estaría dispuesta a desprenderse de su participación, un 2%). Cuentan, además, con la alianza de la firma estatal mexicana Pemex, con el 5%, entre otros inversores.

Es verdad, por otra parte, que a la empresa se han acercado varios grupos interesados. Se ha hablado de la francesa Total, ya presente en España con el 48% de Cepsa. Y otros procedentes de Rusia (Lukoil, principalmente, y Gazprom), China y entidades árabes. -

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.

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