Estudiar con beca
Uno de cada cinco universitarios recibe ayudas económicas durante la carrera
Becas por partida doble para las hermanas gemelas María José y Vanesa Martínez, que son idénticas hasta para escoger carrera: ambas simultanean quinto de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universitat de València y percibieron una beca del Gobierno el curso pasado, por valor de 2.000 euros cada una, más la matrícula gratuita. "Aunque cuando cursas dos carreras sólo conceden ayudas para una, la beca es fundamental para estudiar más tranquilamente", apunta María José, hija de albañil y ama de casa, y becaria desde siempre. Su hermano mayor, ya licenciado, también fue becado.
La historia de estas hermanas no es excepcional. Aproximadamente uno de cada cinco alumnos estudia con beca en los campus valencianos, según los datos de las cinco universidades públicas. En el curso 2005-2006, el Ministerio de Educación y Cultura, destinó cerca de 57 millones de euros a los 26.817 universitarios valencianos. La beca del Estado, que este año asume el Ministerio de Educación, Política Social y Deporte (el curso próximo dependerá de Ciencia e Innovación), es la mayoritaria en las universidades y la más cuantiosa, porque además de la matrícula, puede incluir otros complementos (transporte, libros, compensatoria para las rentas más bajas) dependiendo de la situación socioeconómica de la familia. Las de la Generalitat Valenciana, que cubren el importe de la matrícula, son subsidiarias de éstas, de manera que repescan a las personas que el ministerio ha rechazado. Los requisitos académicos y económicos son más laxos.
La beca incluye la matrícula y cerca de 2.000 euros para los gastos del curso
Llegados a este punto, cabe preguntarse por la situación de las becas: ¿Están incrementando o decrecen como el número de alumnos de nuevo ingreso? Aumentan, aunque en algunos casos, en términos absolutos, los beneficiarios bajen por el descenso de matrícula.
En la Universitat de València el curso pasado 8.491 alumnos recibieron la beca por parte del ministerio y 995 de la Generalitat Valenciana, es decir, un 59% y 11% de los solicitantes de estas ayudas, respectivamente. En la Universidad Politécnica de Valencia se repite la misma tónica: un 57% de los demandantes (5.565 alumnos) consiguió la beca al ministerio y un 11% (675) percibió la de la Generalitat. En Alicante recibieron la beca 5.936 alumnos; en la Universidad Miguel Hernández, 2.270 y en la Universidad Jaume I, 2.149. En la mayor parte de los casos, las ayudas concedidas por el ministerio han ascendido porcentualmente (más de un 2% en la Universidad Jaume I), mientras que las de la Generalitat Valenciana han descendido en un 1%. ¿A qué se debe?
A falta de la explicación oficial por parte de la Generalitat Valenciana a este periódico, este ligero trasvase de becarios parece responder a que el ministerio de Educación ha mejorado las condiciones para obtener ayudas incrementado en las dos últimas órdenes el importe de las becas (un 8% en dos años) y ampliando el umbral de becas, de manera que hogares con ingresos un 20% más altos, que antes quedaban excluidos, pueden beneficiarse. En paralelo, el Gobierno también ha rebajado los requisitos académicos y ahora no exige una nota media mínima al estudiante, sino que mantiene sólo el requisito del porcentaje de créditos aprobados sobre los matriculados: el 60% en el caso de las enseñanzas técnicas y el 80% para el resto.
Fernando Borrás, vicerrector de Estudiantes y Extensión Universitaria en la Universidad Miguel Hernández, señala que en su universidad el porcentaje de alumnos becados incrementó el curso pasado un 3,18%. Partidario de incentivar la formación con todo tipo de becas, aplaude la accesibilidad del sistema público universitario español. "La matrícula en nuestras universidades es asequible si se compara con una americana. Con la matrícula el estudiante financia el 15% de los estudios y por este concepto abona alrededor de 1.200 euros, por lo que la hora de clase le sale por uno o dos euros".
La cuantía global en becas superó en su universidad el curso pasado los 5 millones de euros y la media por estudiante es de 2.411 euros. En la Universidad Politécnica de Valencia, siempre según la propia institución, el ministerio aportó más de 9,7 millones en becas, y las exenciones de matrícula supusieron más de 4.5 millones de euros adicionales. La Generalitat Valenciana dedicó más de 542.000 euros a este capítulo.
El universitario solicita la beca en el momento de formalizar la matrícula. Desde las unidades de becas de las universidades se verifican los datos académicos y se remiten al ministerio, quien supervisa los datos con la administración tributaria.
Joaquín Lacasta, jefe de la unidad de gestión de becas en la Universitat de València, señala que siempre hay algún intento de fraude por parte de algún estudiante que se declara independiente para cobrar la beca, pero hay protocolos para detectarlos. Tanto él, como su homóloga en Castellón, Lola Querol, se felicitan porque este año las TIC han llegado a las becas y se solicitan por Internet. La imagen de decenas de miles de expectantes universitarios acudiendo a los estancos en busca del gran sobre de la ilusión, pasó a la historia.
Préstamos privados para cursar el máster
Muchos estudiantes reconocen que con la beca no es suficiente. Que para ser independiente, en una edad en la que los gastos se disparan, deben trabajar mientras estudian. Quizá esa idea, la de no costar más dinero a la familia, ha impulsado a entidades bancarias a lanzar préstamos para que los estudiantes puedan sufragar sus carreras pero, sobre todo, la formación de postgrado. Los jóvenes más formados reciben un dinero, que deberán devolver, dependiendo de la caja o banco con diferente interés y plazo. El banco, a través de este préstamo, capta indirectamente un cliente con alta formación que puede ser un alto cargo mañana.
La Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), por ejemplo, además de productos para estudiantes universitarios (un crédito de 3.600 euros sin intereses o un adelanto de la matrícula), dispone de un préstamo destinado a la financiación de estudios de postgrado, que cubre hasta 20.000 euros, a amortizar en siete años con un interés al Euríbor más un punto. La otra entidad valenciana, Bancaja dispone de una línea para financiar posgrados, aunque es más exigente en los avales, y financia la matrícula a partir de 2.000 euros hasta el valor total de la enseñanza. A devolver en 84 meses. Bancaja también articula una línea de becas para los estudiantes Erasmus y de créditos-préstamos para financiar tanto la matrícula como otros intercambios estatales. El Banco Santander, Sabadell o Caixa Galicia son los que más tiempo prorrogan la devolución de dinero, eso sí, a costa del interés, que suele ser más elevado. En función de la entidad éste puede variar de fijo a variable.
María Boudet acaba de terminar el programa de becas Universia-Fernando Alonso, que le permitió realizar prácticas remuneradas en una oficina del Santander. Al acabar la beca, la han contratado. No es la única beca en su currículo. Ha disfrutado de otras: en un departamento de la Universitat de València y un préstamo del ministerio para financiar parte de su estancia en el extranjero, porque la beca Erasmus era insuficiente. Está obligada a devolverlo, pero los intereses los paga el Estado.
El Ministerio de Ciencia e Innovación, en colaboración con el Instituto de Crédito Oficial, dispone del programa Préstamos Renta Universidad para incentivar el acceso a los másteres oficiales sin cobro posterior de los intereses al estudiante. El préstamo financia los gastos para iniciar el máster con un límite máximo de 6.000 euros. De manera opcional pueden solicitarse 800 euros al mes, para cubrir otros gastos. La ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, anunció en la comparecencia en el Congreso de los Diputados de la semana pasada que ya se han acogido a este programa 3.375, y que para el próximo año, el presupuesto se ha triplicado, ascendiendo a 150 millones de euros.
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