El PNV vuelve a poner su futuro en manos de Juan José Ibarretxe
El intento de superar el Estatuto de Gernika ha marcado sus tres legislaturas
El PNV se va a poner por cuarta vez consecutiva en manos de Juan José Ibarretxe. El presidente del partido, Iñigo Urkullu confirmó ayer, durante la celebración del Alderdi Eguna, (Día del partido), que el político de 51 años que ha abanderado el camino hacia la soberanía durante las tres últimas legislaturas volverá a ser propuesto a las bases del partido como candidato a lehendakari.
En 2001 comenzó a definir la trayectoria que ha llavado a la frustrada consulta
La primera vez fue en 1998, cuando fue elegido por Xabier Arzalluz precisamente por presentar un perfil político mucho más rebajado que el que había construido el lehendakari Ardanza en los 14 años anteriores. Sin embargo, en pocos años Ibarretxe tapó la imagen de gestor con discurso tecnocrático que adquirió en su etapa de vicelehendakari con la de un dirigente político obsesionado en resolver de una sola tacada el problema de la violencia y la llamada "normalización política" mediante la recuperación de la soberanía del pueblo vasco: primero con el frustrado Nuevo Estatuto Político y después con la consulta anulada por el Tribunal Constitucional el pasado día 11.
Ibarretxe, sin embargo, ya ofreció algunas pistas de su verdadero perfil cuando, en las negociaciones para la formación de Gobierno, a finales de 1998, en plena tregua de ETA auspiciada por la firma del Pacto de Lizarra (PNV, EA, IU-EB y EH), optó por este último partido -los herederos de Batasuna-, para disponer de mayoría en el Parlamento. Aquello supuso la ruptura definitiva con el PSE, que había cogobernado con el PNV casi ininterrumpidamente desde su escisión en 1986. Y también el inicio de una serie de gobiernos en minoría, tras verse obligado a romper el acuerdo de legislatura con EH, al volver ETA en 1999 a una sangrienta cadena de atentados.
El asesinato del portavoz socialista Fernando Buesa en febero de 2000 marcó el punto culminante de un periodo de convulsión, en el que Ibarretxe pareció superado por las circunstancias y perdió la confianza de los partidos no nacionalistas. ETA asesinó ese año a 23 personas y el Gobierno no pudo aprobar los presupuestos para 2001 y ninguna otra ley, por lo que se vio forzado a adelantar las elecciones.
Sin embargo, el camino ya estaba trazado. El lehendakari salvó al PNV de una debacle en las urnas después de una campaña durísima y extremadamente polarizada, en la que PSE y PP llevaron juntos la bandera del constitucionalismo. Ibarretxe ganó y salió tan reforzado que asumió implicitamene el liderazgo del PNV, desoriantado y maltrecho tras el fracaso de Lizarra.
Fue investido lehendakari, en segunda vuelta, el 12 de junio de 2001, con el apoyo de 35 de los 70 parlamentarios. Y ya en el acuerdo de legislatura que firmó, primero, con EA y después con EB, trazó el camino que le ha llevado hasta hoy.
En aquel documento los nacionalistas apostaron por un "nuevo acuerdo político que fuera refrendado por la sociedad".
El Gobierno vasco dio forma a aquella declaración de principios en el Estatuto Político de la Comunidad de Euskadi, que fue aprobado en el Parlamento vasco en diciembre de 2004 y rechazado frontalmente en el Congreso de los Diputados en febrero de 2005.
Tras el fracaso de su plan, pero después de un gran éxito propagandístico, convocó las terceras elecciones de su era para abril de 2005. Ibarretxe representaba en aquella época un Gobierno cohesionado en torno a la autodeterminación, pero dentro del PNV empezaban las dudas. Con Josu Jon Imaz al frente del partido, después de una dura lucha para batir a Joseba Egibar, el candidato de Arzalluz, el EBB intentó retomar el control político, pero ya era tarde.
Sin embargo, Imaz renunció a la reelección para no chocar con Ibarretxe y abrir una crisis interna, y el partido se ha visto obligado a secundar, con más o menos entusiasmo, la "hoja de ruta" que marcó el lehendakari en septiembre del año pasado. Con el lanzamiento de la consulta, Ibarretxe recuperó el protagonismo que perdió durante el proceso proceso de paz que intentó el Gobierno de Rodríguez Zapatero con ETA hasta el atentado de Barajas en diciembre de 2007.
Sin embargo, chocó con la negativa rotunda a sus pretensiones del Gobierno central, y los adversos resultados en las elecciones generales aumentaron las dudas surgidas en el PNV sobre el rumbo seguido. A pesar de ello, la necesidad de conservar el poder y mantener unido el partido ha vuelto a ponerle como candidato.
Las tres legislaturas del 'lehendakari'
- Primera legislatura. Acuerdo con EH y Pacto de Lizarra. Juan José Ibarretxe fue investido lehendakari el 2 de enero de 1999, tras la firma en septiembre de 1998 del pacto de Lizarra y cerró un pacto de legislatura con Euskal Herritarrok. La vuelta de ETA a las armas y el asesinato del socialista Fernando Buesa deja al PNV en minoría.
- Segunda legislatura. Ibarretxe en el Congreso. En el acuerdo de su segundo mandato, PNV y EA impulsan un "nuevo acuerdo político que sea refrendado por la sociedad". Es frontalmente rechazado en el Congreso de los Diputados.
- Tercera legislatura. Consulta. El lehendakari anuncia que convocará a la sociedad vasca a una consulta, que también fracasa al anularla el Tribunal Constitucional.
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