La penúltima víctima
La falta de liquidez acaba con Washington Mutual, la mayor caja de ahorros de EE UU
El sector bancario estadounidense está sumido desde hace dos semanas en un intenso proceso de mutación que está redefiniendo convicciones tan arraigadas como la de "demasiado grande para quebrar". La última víctima de esta reestructuración, que tiene su origen en el terremoto originado por las hipotecas basura, es Washington Mutual, la mayor caja de ahorros del país.
WaMu desapareció el jueves, en el mayor colapso de un banco comercial visto en EE UU desde el derrumbe de Continental Illinois en 1984. La entidad contaba con 307.000 millones de dólares en activos y 188.000 millones en depósitos. La duración de la crisis financiera se lleva por delante a las entidades con balances más débiles y expuestas a los riesgos derivados del derrumbe del sector inmobiliario.
El colapso tiene su origen en la caída de los precios de la vivienda
El motivo de la intervención por parte de la FDIC, la agencia que protege los depósitos, era simple: la entidad no disponía de la liquidez para seguir operando. El pasado mes de julio cayó también la californiana IndyMac, hasta ayer la segunda mayor quiebra de la historia, con lo que van 12 quiebras este año.
La FDIC puso los depósitos y activos de WaMu en manos de JP Morgan, que junto a Bank of America se está erigiendo en salvador de Wall Street. JP Morgan salió en marzo al rescate de Bear Stearns. Y BoA de Merrill Lynch y de la firma hipotecaria californiana Countrywide. Operaciones con las que ganan peso en el sector y se codean con Citigroup.
El colapso de WaMu, que cometió errores imperdonables en su rápida expansión, tiene su origen en la caída del precio de la vivienda en las zonas donde opera (California y Florida principalmente), exacerbada por unas prácticas dudosas a la hora de conceder los créditos a sus clientes. Su primer ejecutivo, Kerry Killinger, reaccionó tarde y el daño que empezaron a sufrir sus balances se tradujo en un desplome de sus acciones del 95%.
Así entró en un círculo vicioso que le impidió conseguir capital para mantenerse con vida tras 119 años como banco independiente. El colapso de Lehman Brothers provocó además un éxodo de clientes, que redujo sus depósitos un 9% en apenas 10 días. Esta fue la pieza que desencadenó todo el operativo de la FDIC, que procedió a una intervención ordenada de la entidad.
La pregunta que circula por Wall Street es si el plan de rescate que se negocia en Washington para destinar 700.000 millones a la compra de activos contaminados por las hipotecas basura hubiera salvado a WaMu. No parecía el caso, a la vista de que ningún banco se postuló como príncipe azul para salir a su rescate, entre los que se citó al grupo Santander.
Por eso se dirigió enseguida la atención a otras entidades expuestas a la crisis, como
Wachovia, National City o Downey Financial, porque se teme que no sean capaces de soportar mucho más tiempo que las arterias del sistema financiero está atoradas.
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