Un barrio de arquitectura funcional para la Villa Olímpica
Los Juegos legarán a Madrid 11.000 viviendas sostenibles junto a La Peineta
Se acabaron los hitos, la arquitectura de las estrellas y jugar al espectáculo con el espacio que tiene que habitar la gente. Al menos, por ahora. Si Madrid se lleva los Juegos dentro de un año en Copenhague, el Ayuntamiento apostará por la arquitectura "racional, seria y rigurosa". Así definió el arquitecto y miembro del jurado del concurso, Patxi Mangado, a las dos propuestas ganadoras para diseñar el entorno donde se hospedarán los atletas. Una villa que pasados los Juegos Olímpicos se convertiría en un barrio de 10.963 viviendas (el 50% protegidas) para 30.000 vecinos. Si Madrid no obtiene la organización del evento, el Ayuntamiento pretende llevar a cabo el proyecto de un modo parecido.
El concurso convocado se dividía en tres parcelas. Dos de uso residencial y una para accesos y servicios. Para las dos primeras se presentaron 41 propuestas, para la tercera, 15. Una de las parcelas destinadas al hospedaje ha quedado vacante y ahora los ganadores de la otra, el estudio CMA Arquitectos, de Javier Camacho y María Eugenia Macía, deberá ampliar su proyecto.
Precisamente, esa propuesta, 12 bloques, 12 torres, sintetiza perfectamente el concepto de permanencia y funcionalidad de la obra. "La idea es reflexionar sobre lo que debe ser un edificio de viviendas en su forma natural y de utilidad. Eso combinado con que sea un símbolo de los Juegos Olímpicos", explica Camacho. "Se necesita una imagen monumental, pero no puede caducar en el tiempo. El proyecto, por eso, es un híbrido entre torre y edificio en bloque. La torre nos da elementos tipo hito, permite condensar edificabilidad. El bloque nos permite hacer una arquitectura horizontal y más humana".
Se crearán cuatro manzanas con tres unidades bloque-torre cada una, con una gran permeabilidad entre los espacios libres comunes. Habrá dos tipologías de vivienda: de un dormitorio en las torres y de dos en los bloques. La disposición de la vivienda se organiza en torno a un gran espacio de usos de estar-cocina y dormitorios.
Esta propuesta realiza una fuerte apuesta por la arquitectura bioclimática. Especialmente en "la sostenibilidad pasiva", aquella que encuentra los elementos de climatización en el diseño del propio edificio. Así, todas las viviendas tienen orientación al sur para aprovechar el sol de la mañana. Cuentan también con sistemas de ventilación cruzada mediante aberturas y pantallas vegetales con arbolado de hoja caduca, "para que en verano haya sombra y en invierno atraviese el sol", explica Camacho. Los techos tendrán cubiertas ajardinadas. Además, en el apartado de sostenibilidad pasiva, los arquitectos han pensado en paneles fototérmicos y fotovoltaicos para generar energía.
El diseño ganador para el área de accesos y servicios, Family Tree, es de los arquitectos Fernando Pino y Manuel García Paredes. Una propuesta que incluye un hotel, una policlínica y un centro de acreditaciones. "Cada edificio tiene una personalidad que con el tiempo se pueda adaptar. El hotel será un centro de convenciones. El edificio de acreditaciones podrá ser un centro de investigación y de promoción del deporte. Otros edificios, como los aparcamientos y estación de autobuses, se quedarán como espacios para la ciudad. La policlínica será un centro médico", explica Fernando Pino.
Los edificios mantienen una formalización racional en las partes elevadas. La idea, dicen los autores, "es que funcione como una máquina". Que prime la función. Las zonas que están en contacto con el suelo quieren tener una forma más orgánica, "son captadores de gente que permiten elaborar los accesos", explica Pino.
El jurado del premio estuvo presidido por Alberto Ruiz-Gallardón y formado por arquitectos y políticos de la oposición.
Decepción de un pueblo
Aranjuez se ha quedado sin la ilusión de imaginar que, quizá, si Madrid obtiene la organización de los Juegos Olímpicos de 2016, será subsede de la prueba de piragüismo. El motivo esgrimido por la candidatura olímpica ha sido que el Real Sitio está demasiado lejos de la Villa Olímpica (49 kilómetros). En cambio, según la candidatura, Getafe, donde ya se iba a realizar la prueba de remo, sería un destino ideal.
Y todo este embrollo desató ayer la ira de Jesús Dionisio, alcalde de Aranjuez (PSOE), que acusó a Gallardón de "jugar con el sentimiento de toda una ciudad". Dionisio, además, afirmó que Gallardón "ha presionado" al presidente de la Federación Internacional para que emitiera el informe (donde se solicitaba una subsede más cercana a la Villa Olímpica) y aseguró que "es más fácil que Aranjuez tenga canal de remo a que Madrid sea ciudad olímpica en 2016".
En cualquier caso, parece que la decisión está tomada y no hay marcha atrás. Pero Dionisio recordó que desde 1984 la distancia media entre los canales de remo y piragüismo y la sede central de los Juegos ha sido de más de 80 kilómetros.
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