La policía avala la hipótesis de la riña previa al atropello del Carmel

La investigación de la Guardia Urbana sobre el atropello del Carmel avala que la bronca previa al accidente desequilibró al chófer del autobús e hizo que se empotrara contra un edificio. Así lo estima el atestado que la policía entregó ayer al Juzgado de Instrucción de Barcelona número 15, que lleva el caso. El vehículo atropelló y mató a una niña de 10 años y a una mujer de 36 el sábado, e hirió a otras 11 personas. Dos de ellas siguen hospitalizadas con pronóstico leve.

La policía mantiene la investigación abierta a la espera del peritaje del vehículo accidentado, que la Guardia Urbana completará "en días", según fuentes policiales. En el informe consta ya la declaración de las tres partes implicadas: el chófer del autobús y los dos conductores de sendas furgonetas que se increparon por el colapso viario.

Sus declaraciones coinciden en que hubo una discusión antes de que el autobús acelerara bruscamente y se incrustara contra el pilar. Varios de los pasajeros que iban en ese autobús aseguran que el conductor, de unos 60 años, estaba en plenas condiciones antes del accidente. El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, señaló que el Ayuntamiento emprenderá acciones legales "si hubo negligencia", en referencia al conductor. Se trata de un viejo conocido del barrio por su buen hacer al volante y al que todos excusan por el accidente.

Ayer abandonó el hospital la madre de la mujer fallecida en el atropello, tras pasar tres días bajo cuidado psicológico. La abuela de la niña fallecida sigue ingresada, además de otra mujer de 52 años.