Los vecinos se resignan
Los carteles de "se vende" sustituyen a las pancartas
La respuesta de los vecinos del barrio de Benicalap a la construcción del nuevo estadio en el solar de la Avenida Corts Valencianes, gracias a una polémica operación de permuta de terrenos con el Ayuntamiento de Valencia, no ha sido uniforme. Pero los vecinos, que se han opuesto desde el principio a la ubicación del nuevo estadio en un solar en el que se había planificado un gran polideportivo de uso público, comienzan a tirar la toalla ante la constatación de que el futuro templo del valencianismo va tomando forma. Y el símbolo de la resignación es la retirada paulatina de las pancartas que rechazaban el proyecto.
"Van desapareciendo las pancartas y se están sustituyendo por carteles de Se vende o Se alquila. Hay gente que, además de resignarse, se va de aquí porque las perspectivas de las familias que tienen niños de vivir en una zona con un gran polideportivo no se han cumplido", explica Leonor Benet, presidenta de la Asociación de Vecinos de Benicalap.
"Yo compré mi piso porque delante iba un polideportivo"
La construcción ha ido paralela a un contencioso interpuesto por la Federación de Asociaciones de Vecinos ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), que pedía la paralización cautelar de las obras mientras no se resolviesen las denuncias sobre la legalidad de las permutas. "Hubo alegaciones y un recurso y estamos a la espera de que la justicia haga algo. Pero según se ha ido construyendo el estadio, las reivindicaciones se han ido calmando. Hay gente que está contenta con la construcción y los que están en contra se sienten desilusionados, desmoralizados y resignados", resume Benet.
Los vecinos tampoco son ajenos a las dificultades del Valencia para hacer frente a los pagos de las obras y temen que eso eternice las molestias generadas por la construcción, si bien reconocen que desde el accidente de mayo de 2008, en el que perdieron la vida cuatro trabajadores, "ya no se trabaja a pleno rendimiento hasta las cuatro de la madrugada, como al principio".
Pese al desánimo, no todos están dispuestos a bajar los brazos. Ana Puchalt, de la Plataforma pro Polideportivo de Benicalap, pone el acento en que todavía no se ha resuelto el recurso de paralización. Además, su colectivo se ha planteado ver "en qué situación legal está todo, porque hasta hace poco el solar era suelo dotacional, con una calificación especial prácticamente irreversible, y se han sacado de la chistera el tema de la permuta". "Lo que queremos es que se falle a nuestro favor, que se diga que la construcción es ilegal y que no se continúe construyendo", asegura. "Yo compré mi piso porque delante iba a construirse un polideportivo y el estadio no tiene nada que ver con mi proyecto de vida", se lamenta con amargura.
Mientras, la presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos, María José Broseta, advierte que la entidad "va a seguir con el tema porque no hay derecho a que la ciudad pierda patrimonio de esta manera", y pone el acento en lo que considera "una permuta de terrenos de dudosa legalidad y con la que no estamos de acuerdo".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.