Sueños en movimiento
La historia del automóvil a través de 50 prototipos en una exposición en Turín
Del provocador y aerodinámico Gilda Streamline Coupé, icono de los años cincuenta y homenaje a la estética de Rita Hayworth y Elvis Presley, hasta los coches híbridos de la crisis energética, alimentados con hidrógeno y paneles solares. Son concept cars, prototipos, piezas únicas ideadas pensando en el coche del futuro. El recorrido del automóvil desde la mitad del siglo XX hasta hoy se plasma en la exposición Dream -sede de Fiat y Ferrari y de prestigiosas firmas de diseño de carrocerías como Giugiaro, Pininfarina o Bertone- abierta hasta el 23 de noviembre en Turín, capital mundial del diseño.
La muestra reúne 54 prototipos, dibujos, maquetas y proyecciones de realidad virtual, que demuestran la creatividad de las empresas y diseñadores italianos y su capacidad de encontrar soluciones técnicas y formales, más allá de los estándares impuestos por la economía de mercado.
"Son vehículos experimentales, que surgen de la idea del design como instrumento de evolución y aunque no se pueden reproducir en serie, sirven para mejorar la estética y prestaciones de la producción comercial", explica Giuliano Molineri, comisario de la muestra. Muchos de estos sueños en movimiento proceden de colecciones privadas, como el célebre Gilda, símbolo del glamour de Hollywood, traído desde California o el Fiat 850 Vanessa de 1966, el primer coche a medida de la mujer, con un salpicadero lleno de cajoncitos extraíbles y asientos que crecen con los niños.
Los coches casi pegados al suelo de 1970, como el Lancia Stratos y el Modulo Pinifarina, sobresalen en un recorrido cronológico, que empieza con la sobriedad de los vehículos diseñados durante la guerra, como el Fiat 1100. "Desde mediados de los setenta, los diseñadores de coches trabajan para combinar las exigencias de la seguridad, la reducción de la contaminación, la eco-sostenibilidad y la emancipación del petróleo", asegura Molineri. De ahí, las investigaciones sobre las tracciones eléctricas y los propulsores híbridos o alimentados por fuentes renovables, de las que surgen piezas casi de ciencia-ficción como Vision, del MIT (Massacchusetts Institute of Technology), un vehículo híbrido basado en la electricidad o el prototipo de Ross Lovegrove y Swarovsky, que en vez de paneles solares utiliza cristales purísimos, que reflejan la luz, aumentando su poder energético.
Si el motor a turbina fue la visión del futuro de 1950, la electrónica lo es del siglo XXI. Sus potencialidades se plasman en el Nea Lancia, diminuto monovolumen con reconocimiento vocal entre hombre y máquina y avanzados sistemas anticolisión; el mecatrónico Filo Bertone, sin pedales, ni embrague y freno de mano, completamente gestionado por un control electrónico inteligente; y el VadHò Italdesign Giugiaro, un superdeportivo biplaza a hidrógeno con un joystick en lugar del volante.
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