Bancos para pobres

Los microcréditos conforman un mecanismo que verdaderamente puede ayudar a frenar y reducir la pobreza más acusada. En estos momentos, los microcréditos están mejorando las condiciones de vida de más de cien millones de familias muy pobres en todo el mundo, lo que beneficia a unos quinientos millones de individuos.

Maricruz Lacalle está convencida de la importancia de demostrar científicamente el impacto de los microcréditos sobre la vida de los beneficiarios, hecho que queda reflejado en la pasión y rigor que impregnan las páginas de este libro. A lo largo de siete capítulos, la autora -doctora en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Autónoma de Madrid, donde ejerce como profesora de Economía- explica la expansión, consolidación, beneficios y críticas que han recibido los microcréditos, "un instrumento financiero que ofrece una oportunidad a los más pobres para poner en marcha pequeños negocios que les permitan salir de la pobreza extrema".

Lacalle Calderón describe en detalle la obra del profesor Mohamed Yunus -premio Nobel de la Paz 2006- al frente del Banco Grameen, cuyas iniciativas han logrado romper una barrera que se antojaba infranqueable en el mundo desarrollado, demostrando que los pobres pueden generar riqueza y están en condiciones de aprovechar pequeños créditos para mejorar su situación económica de modo duradero.

La teoría es muy sencilla: si los más pobres pudieran disponer de pequeñas cantidades de recursos financieros en condiciones apropiadas y razonables, entonces podrían poner en marcha pequeños negocios con los que generar ingresos y mejorar sus condiciones de vida. A largo plazo, estos esfuerzos individuales acabarán por fomentar el desarrollo de estos países y reducir la enorme distancia que todavía existe entre el primer y tercer mundo.

Este modesto pero eficaz proyecto de financiación ha terminado convirtiéndose en el Banco Grameen, una institución que no ha dejado de crecer desde su fundación, en 1974, cuando Yunus regresó a su país tras doctorarse en Estados Unidos, y decidió prestar 1,5 dólares a 43 personas para que comprasen las materias primas que necesitaban para su trabajo. En la actualidad, el conocido como banco de los pobres tiene más de 2.000 sucursales en 72.000 aldeas y ofrece servicios financieros a cerca de siete millones de clientes en Bangladesh.

La autora, por otra parte, dedica un homenaje a las mujeres sin recuros en un extenso capítulo del libro. Y es que de los 81,9 millones de clientes más pobres que durante 2005 estaban recibiendo servicios de microcréditos, 69 millones eran mujeres. Y a lo largo de toda la obra se hace un notable hincapié en la necesidad de fomentar la participación de las mujeres, y tanto la autora como el profesor Yunus se muestran convencidos de ello.

El amplio trabajo de investigación que respalda esta obra de carácter esencialmente divulgativo queda reflejado en una enorme riqueza de gráficos, datos actualizados y listas de todas las instituciones que trabajan con microcréditos en el mundo, gracias a los cuales tanto profesionales como estudiosos podrán forjarse una idea más completa y exacta sobre esta herramienta financiera.

Microcréditos y pobreza es mucho más que un libro de economía. A través de sus páginas se transmiten sentimientos, voluntades y compromisos adquiridos en medio de la vorágine del desarrollo económico.