Un detector de ansiedad se ensaya en aeropuertos
Muchos pasajeros no lo saben, pero en un aeropuerto no identificado del Estado de Maryland, en EE UU, el Departamento de Seguridad Interior les está observando a través de un avanzado detector de ansiedad, a la búsqueda de terroristas. Se trata de un experimento con la llamada tecnología de exploración de atribución futura, un sistema que funciona como un polígrafo: detecta fluctuaciones en la temperatura corporal, el pulso y la frecuencia de respiración para revelar los niveles de ansiedad del sujeto y prever si está a punto de cometer un acto criminal, como, por ejemplo, un atentado terrorista. Este tipo de vigilancia física y emocional se podrá instalar en aeropuertos, edificios oficiales o zonas de alta seguridad.
El Gobierno de EE UU ha experimentado con el sistema durante dos años y lo mantendrá en pruebas otros tres. Funciona a través de un sistema de cámaras instaladas en los puestos de seguridad del aeropuerto. Una de ellas, termostática, mide la temperatura de la piel. Una segunda, de movimiento, mide las pequeñas expresiones faciales que pueden revelar variaciones en la frecuencia respiratoria. Las 2.000 personas encargadas de analizar las imágenes están entrenadas para conducir interrogatorios a los sospechosos.
Nerviosismo
Los expertos han puesto en duda la correlación trazada entre sufrir ansiedad y estar a punto de cometer un atentado terrorista. Hay muchas fuentes de nerviosismo en un aeropuerto, como temer llegar tarde a la puerta de embarque. "Hay muchos factores que determinan la frecuencia cardiaca, además de la intención de emprender una conducta agresiva", explicó el psicólogo de la Universidad Estatal de Michigan Timothy Levine al diario USA Today.
Los científicos que han desarrollado el programa están conduciendo un experimento con 140 ciudadanos de Washington que se someten a pruebas voluntarias para contrastar sus niveles de ansiedad con las variables de la elevación de la temperatura corporal y la frecuencia cardiaca. Estas personas fueron entrenadas para mentir y tratar de engañar a los vigilantes que participaron en un simulacro. Con sus resultados se creó una base de datos de reacciones irreflexivas que se utiliza, ahora, para cazar terroristas.
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