Melis no advirtió de que Madrid Río causaría problemas, según Gallardón

El alcalde sigue en sus trece: "Lo importante no es cómo entró el agua, sino por qué no salió". Y así, en ese bucle infinito, se vuelve al origen de la inundación de la M-30 del pasado miércoles 10. El agua no salió y se quedó estancada a lo largo de dos kilómetros de túnel, porque los cuadros eléctricos que activaban las bombas no estaban pensados para una inundación tan grande como la que provocaron la serie de chapuzas que se estaban haciendo en la superficie del subterráneo. Una galería de "insensateces", según Manuel Melis, el padre de la M-30, que fueron ayer denunciadas por él mismo en una carta abierta que publicó este periódico. Pero que el alcalde, dice, no ha leído todavía.

"No he tenido ocasión de leerla, y cuando lo haga la contestaré. Mi relación con Melis es fantástica, y mi admiración hacia él, absoluta. Creo que es una de las personas que más y mejor ha hecho por Madrid, así que cualquier idea y sugerencia que nos traslade será estudiada con el cariño y el respeto intelectual que le tenemos todos", aseguró Gallardón.

Pero las sugerencias están hechas ya y son, concretamente, que modifique el proyecto del río (el ajardinamiento de la superficie de los túneles), que, según Melis, seguirá causando problemas en la infraestructura. Pero Gallardón, que sorprendentemente todavía no ha leído el informe técnico que describe las causas del suceso, asegura que el ingeniero jefe de la M-30 nunca le advirtió de que el ajardinamiento pudiera traer problemas y que, en cualquier caso, "él [Melis] es el autor del proyecto, y todo lo que se hace en Madrid Río está de acuerdo con lo que él diseñó". "Está todo pensado en su conjunto, y Melis es el autor, por tanto, todo lo que se ha hecho es suyo". El proyecto de la superficie, sin embargo, se concedió en su momento al estudio de arquitectos dirigido por Ginés Garrido.