_
_
_
_

Basagoiti inicia con el PSE la apertura de los populares al resto de los partidos

El líder del PP desiste de la manifestación por el AVE tras reunirse con López

El presidente del PP, Antonio Basagoiti, inició ayer, con su primer encuentro oficial con el secretario general del PSE-EE, Patxi López, el intento de reconducir las deterioradas relaciones políticas entre los populares y el resto de los partidos, heredadas de la anterior etapa del partido. "Normalidad" es lo que persigue, tal y como dijo Basagoiti al término de la reunión, de una hora de duración, en la que ambos dirigentes realizaron un repaso genérico de la situación política y económica. En busca de esa normalización de relaciones se entrevistará Basagoiti el lunes próximo con el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, y tiene solicitada igualmente una reunión con el lehendakari Ibarretxe, con quien la anterior presidenta del PP, María San Gil, cortó toda relación.

El precedente de la reunión fue una agria cita de San Gil y López en 2005
El líder popular intenta centrar al PP y abrir su campo de juego político

Cerrada la crisis de su partido, tanto en Euskadi como en Madrid, Basagoiti afronta la tarea de recomponer interlocuciones perdidas, para intentar resituar y centrar al PP, sacándolo del aislamiento y el enrocamiento en su actuación política y parlamentaria. Todo ello en pleno período preelectoral.

El inicio de ese deshielo por el encuentro con el líder del PSE no tiene, de momento, otro significado que la voluntad de recuperar una relación normalizada. Los temas que abordaron en la reunión así lo indican. El único resultado de la misma fue la renuncia de Basagoiti a insistir en la celebración de una manifestación de apoyo al AVE, que López rechazó como innecesaria y quedó sustituida por la propuesta de propiciar una declaración institucional conjunta con los nacionalistas, y la coincidencia en dar continuidad al apoyo a las empresas y trabajadores de las obras, y en promover la aceleración de la obra, según informó el propio Basagoiti en la rueda de prensa que tenía convocada al término de la reunión, informa Unai Larrea.

El anterior encuentro formal entre los máximos responsables de ambos partidos fue el que protagonizaron Patxi López y María San Gil en mayo de 2005, en el marco de la ronda de partidos celebrada por el líder socialista. La tensión de la reunión quedó expresa en el rostro agrio de San Gil desde el momento en que entró en la sede socialista.

Ayer el clima fue otro. Pero nada más. La batalla electoral está abierta y el PSE no buscará en los populares ninguna complicidad que pueda facilitar a los nacionalistas elaborar de una estrategia atemorizadora sobre el asalto a Ajuria Enea por una entente frentista al estilo de la protagonizada en 2001 por Jaime Mayor Oreja y Nicolás Redondo.

De hecho, los socialistas creen que el objetivo último de la nueva estrategia normalizadora de relaciones del PP no es tanto el PSE como el PNV, una vez este partido dé por cerrado el ciclo soberanista de los últimos diez años. "La meta del PP es debilitarnos a nosotros como alternativa al PNV", señalaban tras el encuentro fuentes socialistas. El PSE recuerda los pactos municipales del pasado entre ambas formaciones, o el sostén que prestó el PP al PNV en la Diputación alavesa al final de los años noventa.

Esos resquemores socialistas no pueden ocultar el hecho de que su aspiración a que López sea la alternativa a Ibarretxe al frente del Gobierno tras las próximas elecciones pasaría, necesariamente, por el apoyo de los populares a su investidura. Una cuestión que, según aseguraron, estuvo ausente de la reunión de ayer. El PSE la calificó de un encuentro protocolario y de cortesía hacia el nuevo responsable del PP y la zanjó con un breve comunicado dando cuenta de los temas abordados.

Patxi López y Anronio Basagoiti, antes de comenzar su reunión en la sede del PSE de Bilbao.
Patxi López y Anronio Basagoiti, antes de comenzar su reunión en la sede del PSE de Bilbao.SANTOS CIRILO

Las claves de unas relaciones envenenadas

- Ruptura tras la alianza de 2001. El fracaso del intento de PP y PSE de desalojar del poder al nacionalismo, embarcado en la estrategia de acumulación de fuerzas soberanistas en plena ofensiva de ETA en 2001, marcó el fin de una etapa. La sustitución en 2003 de Nicolás Redondo por Patxi López, que cortó con aquella estrategia, acarreó una agria ruptura entre ambas formaciones.

- Derrota electoral del PP en 2004. La frustración del PP por la victoria socialista en las elecciones generales de 2004, en las que los populares pasaron de la mayoría absoluta a la pérdida del poder, se tradujo en una oposición de alto voltaje, con la lucha antiterrorista como caballo principal de batalla, que ha durado hasta la nueva derrota de marzo de este año y el giro propiciado por Mariano Rajoy en el Congreso Nacional del PP.

- Denuncia en los tribunales. El 10 de julio de 2006, el entonces secretario general del PP, Carmelo Barrio, y el portavoz parlamentario, Leopoldo Barreda, presentaron ante la fiscalía, dos días antes de que lo hiciera el Foro Ermua, una denuncia contra los dirigentes socialistas Patxi López y Rodolfo Ares por su reunión con responsables de Batasuna. Los socialistas tacharon de "miseria política" aquella actuación.

- Tregua y proceso de paz. Durante el período de la última tregua de ETA y las conversaciones del fracasado proceso de paz, el PP vasco centró su oposición parlamentaria en el ataque al intento del Gobierno socialista, al que se sumó el PNV de Josu Jon Imaz. Sus iniciativas, en el Congreso y en el Parlamento vasco, apuntaban a la línea de flotación de ese proceso. El diputado Carlos Urquijo, especializado en temas de Interior, protagonizó esa etapa con intevenciones de enorme dureza.

Amago de ruptura en los Ayuntamientos. El momento más tenso fueron los meses inmediatos a la declaración de tregua de marzo de 2006, cuando el secretario general del PSE barajó la posibilidad, finalmente descartada, de romper los pactos municipales que le ataban al PP. También renunció a llevar a los tribunales un vídeo en el que los populares fundía la rosa socialista con la serpiente del sello de ETA. María San Gil decía que tocaba "estar con Otegi y contra el PP y Ángel Acebes que "el poryecto de Zapatero es el proyecto de ETA". "Indecencia política", respondíeron los socialistas, que finalmente optaron por rebajar el tono y mantenerse en el discurso de invitar al PP a sumarse al proceso.

- Aislamiento parlamentario. A mediados de abril de 2007, el PSE anunció que no debatiría más iniciativas del PP en la Cámara referidas a la política antiterrorista del Gobierno, por considerar que ese partido perseguía "dañar al Estado de Derecho". El PP se quedó sólo en la tribuna en más de un debate, que el resto de los partidos optaron por ignorar o zanjar con breves declaraciones desde sus escaños, descalificatorias de la intención que las movía. Así ocurrió con su propuesta de que la Cámara pidiera a Zapatero la rectificación de la política antiterrorista.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_