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Obama pasa al contraataque

Los demócratas denuncian una campaña de intoxicación de McCain y Palin

Antonio Caño

La campaña de Barack Obama y gran parte de los medios de comunicación han decidido salir a la palestra a desmentir lo que consideran una persistente campaña de intoxicación y mentiras de parte de la candidatura presidencial republicana, que domina las encuestas después de la inclusión de Sarah Palin y de duras descalificaciones contra sus rivales.

El candidato republicano logra que se le vea como agente del cambio

Todas las campañas electorales suelen ponerse muy ásperas a estas alturas del partido, a falta de 50 días y cuando se marcan las diferencias que luego pueden hacerse ya irrecuperables. Pero ésta ha acumulado en los últimos días tal cantidad de afirmaciones discutibles y denuncias controvertidas que los estrategas de Obama creen necesario ponerle límite.

Una masiva campaña publicitaria demócrata -unida a una notable elevación del tono de voz del candidato- intenta desde ayer rebatir la acusación republicana de que Obama es partidario de la educación sexual en las guarderías, así como los numerosos ataques recibidos por el supuesto machismo en sus críticas a Palin. Para destacar la importancia de esta ofensiva, portavoces de Obama describieron la jornada de ayer como "el primer día del resto de la campaña".

El contraataque demócrata incluye una clarificación del expediente político de Palin, sobre el que cada día crecen las dudas. Los medios que han investigado la gestión de Palin han comprobado que la candidata a la vicepresidencia ha mentido respecto a su posición sobre el abuso en la utilización de fondos federales para proyectos regionales. Alaska, de donde es gobernadora, tiene el récord per cápita en ese concepto, pese a que Palin se ha ganado el fervor de muchos por su denuncia de ese tipo de actuaciones.

Algunos periódicos se sienten engañados por la biografía que McCain les presentó de su elegida y están reaccionando con energía. "Los medios se han enfadado", publicaba ayer Howard Kurtz, ex Ombudsman de The Washington Post. "Las cosas se irán asentando. Palin empezará a ser un candidato, no sólo un símbolo", ha pronosticado David Axelrod, el principal responsable de la campaña de Obama.

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Palin empezó, ciertamente, a ser un candidato en la primera entrevista que ha concedido a un medio desde que fue nombrada. No cometió ningún error garrafal que haya desatado la alarma entre los republicanos ni hizo afirmaciones que hayan provocado gran sorpresa o que puedan tener inmediato impacto.

Pero se mostró como una auténtica novata en la arena internacional, como un aprendiz que había tomado lecciones urgentes sobre la materia y que repetía ante las cámaras lo aprendido sin haberlo comprendido del todo. Se la vio nerviosa, insegura y, desde luego, no fue una actuación con la que ganó votos.

Demostró desconocer la doctrina de George Bush sobre los ataques preventivos, se mostró a favor de la entrada de Georgia en la OTAN y de defender a ese país frente a Rusia con las armas si fuese necesario, y afirmó que EE UU tendría que respaldar a Israel si éste decidiese bombardear Irán. Fuera de la entrevista concedida a la cadena ABC, en un acto de despedida de un grupo de soldados destinados a Irak, entre ellos su hijo, Palin dijo que iban a "luchar contra los enemigos que planificaron y ejecutaron la muerte de miles de norteamericanos".

Ninguna de esas cosas tiene gran trascendencia puesto que se sabe que están dichas por una persona sin gran conocimiento de causa que corregirá todas esas declaraciones en cuanto tenga ocasión y sus asesores se lo digan. En la segunda parte de la entrevista, emitida anoche, ya corrigió su posición anterior sobre los riesgos ecológicos para sostener que la actividad humana sí que tiene un efecto en el calentamiento global. Pero, precisamente eso, la inconsistencia, es lo que esta primera aparición de Palin sin libreto pone claramente en evidencia.

Los demócratas están explotando estas debilidades, aún conscientes de que no son necesariamente las que más pueden impactar a los votantes, que ya saben y aceptan que Palin no es una experta en política exterior. El propósito más elevado del contraataque demócrata es desmontar el plan republicano de presentar a John McCain como un agente del cambio, que por ahora está funcionando.

Día tras día baja en las encuestas el número de personas que creen que McCain es la continuación de Bush. En una intervención el jueves por la noche en la Universidad de Columbia, Obama incorporó a su mensaje el concepto de cambios "fundamentales" en la política norteamericana. Pero será necesario algo más que eso para descarrilar la estrategia republicana.

Sarah Palin en un acto de despedida de las tropas destinadas a Irak.
Sarah Palin en un acto de despedida de las tropas destinadas a Irak.AP

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