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Reportaje:

Una forma de vida llamada 'hip hop'

El festival Hipnotik muestra la riqueza de una cultura cuya casa es la calle

Para los amantes de las radiofórmulas, el hip hop es una moda más, pero los que lo viven intensamente desde dentro consideran que se trata de toda una cultura que se asienta en cuatro pilares: el rap, los dj que aportan los fondos rítmicos, el breakdance y los graffiti. Y la única escuela es la calle, donde los jóvenes se ganan el respeto de los veteranos. La escena catalana es una de las más importantes de España: no sólo por la movida barcelonesa, sino también por el empuje periférico de localidades como Terrassa (gracias al activismo del sello musical Del Palo) y Castelldefels.

Criminalizado durante años por apéndices macarras -tipo gangsta rap y demás-, la influencia del hip hop es ahora brutal: su estética copa el mundo de la publicidad y sus popes se han convertido en cabezas de cartel en los festivales. Lógicamente, también tienen sus citas exclusivas, como el encuentro Hipnotik que se celebra este fin de semana en el CCCB y en el que actuarán pioneros como Afrika Bambaataa; grupos cañeros como Violadores del Verso y artistas del estilo Tote King que quieren romper tópicos.

Owen, grafitero: "En Londres a nadie se le ocurriría borrar una obra de Banksy"

Pero... ¿cómo nace una afición que arrastra a miles de jóvenes? En el caso del breakdancer Rudy Alvarado, que ha conseguido convertir Montbau en un referente, fue gracias a películas como Mensajeros a todo ritmo y otros filmes en las que aparecían b-boys en plan acrobático. El deseo de hacer algo físico relacionado con la música fue el acicate definitivo. Alvarado, cuyo estilo rastrea en las raíces de este baile para evitar sucedáneos, defiende que si la escena barcelonesa está tan viva es porque los más experimentados enseñan gratuitamente a los jóvenes en la calle, una tradición poco frecuente en otras ciudades.

Aunque no todos logran la profesionalización, también los hay que consiguen hacerse un hueco en el mercado. Es el caso del grafitero Owen, cuyo trabajo se podrá ver en diciembre en la londinense Smithfield Gallery, que se gana la vida en publicidad o con encargos para pintar persianas de comercios. Este artista lamenta que la época dorada del graffiti en Barcelona -que tuvo su epílogo en el muro ubicado frente al Macba- sea ya historia por la presión de las normativas municipales, una legislación que ha dado al traste con espacios clásicos como el parque de las Tres Chimeneas y el legendario muro de Drassanes.

"Aunque el graffiti debe ser anónimo, gratuito y efímero, en otras ciudades se respeta como disciplina artística. En Londres a nadie se le ocurriría borrar una obra de Banksy. Hasta las enmarcan", señala Owen. Y eso que algunos subrayan que Barcelona fue precisamente la puerta de entrada del graffiti en España al principio de la década de 1980, concretamente la montaña del Carmel.

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Y las mujeres, ¿qué papel juegan en un ambiente tradicionalmente masculino? Pues poco a poco empiezan a asomar la cabeza con fuerza: ya participan en las batallas dialécticas a golpe de rimas y son capaces de hacer cerrar la boca a cualquier MC (maestro de ceremonias) por más chulo que sea. Pero en esto falta mucho camino por recorrer, como reconoce Marta Torras, de la organización del Hipnotik e impulsora del proyecto Rimas contra la violencia de género, una iniciativa materializada en un CD en el que varias artistas femeninas -entre las que figuran Arianna Puello, Dnoe, Shuga, Mai y Dlux- cantan contra el maltrato y otras injusticias padecidas por mujeres. El disco se presenta esta noche en el espacio Movistar (21.30).

"Antes había cierta reticencia hacia las chicas, pero las cosas están cambiando", explica Torras, que también es promotora de conciertos de hip hop. "El estilo que más triunfa es el dirty (sucio), el de la calle, el que la gente considera realmente auténtico. Otras corrientes más intelectuales tienen acogida en festivales como el Sónar. El hip hop sigue siendo underground, por mucho que a la gente le guste tener un graffiti en casa".

Esta activista de una cultura marcadamente urbana ha visto en sus años de carrera cómo se ha transformado la escena local: ha pasado de ser algo marginal a un pequeño paraíso que se multiplica en Internet. "Es un buen momento, pero dependerá de lo que hagamos. A muchos artistas se les ha ido la cabeza y piden unos cachés muy altos porque los grandes festivales se los rifan". Es decir, la clásica dicotomía entre autenticidad y mercado. Ni el hip hop se puede librar de eso.

Una llamada a 10.000 amantes del 'rap'

- El Hipnotik se celebra mañana y el domingo en el CCCB y la organización espera recibir a 10.000 asistentes.

- El cartel incluye actuaciones de Afrika Bambaataa, Looptroop Rockers, Aerolíneas Subterráneas, Violadores del Verso, Tote King, Falsalarma y Shuga y Loren, entre otros artistas.

- Además de música, hay conferencias, batallas de breakdancers y MCs y otras actividades lúdicas seguidas en pasadas ediciones por un público con edades entre los 15 y los 30 años.

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