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La Xunta rebaja el crecimiento del PIB por tercera vez y lo sitúa en el 2%

Touriño acusa a Feijóo de "política basura" por preguntar quién pagó sus vacaciones

A diferencia de sus compañeros de partido con responsabilidades en el Gobierno central, el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, no recurre a eufemismos para aludir a la mala situación económica. En su comparecencia para explicarla, a petición propia ayer en el Parlamento gallego, citó 15 veces la palabra crisis y otras expresiones como "graves dificultades", "contexto complicado" o "convulsiones financieras" que atribuyó al contexto internacional. "No seré yo quien minimice la complejidad de la situación... La crisis no ha tocado fondo, se avecinan algunos meses particularmente difíciles y el mercado laboral y las economías caseras no eludirán alguna dentellada".

El BNG defiende la economía del bipartito y pide evitar "absurdos triunfalismos"

Ese diagnóstico llevó al jefe del Ejecutivo a revisar por tercera vez este año la previsión de crecimiento del PIB hasta dejarlo en un 2% a finales de año, por encima de España y de la media de la zona euro. Lejos quedan ya los cálculos optimistas de hace unos meses cuando el Ejecutivo preveía un aumento del 3,5%. Touriño aludió al "plus de resistencia" de la economía gallega para explicar por qué "a diferencia de lo que ocurre en el resto de España, en Galicia no hubo aún destrucción de empleo". El jefe del Ejecutivo negó que los datos macroeconómicos se expliquen porque "todo llega más tarde a Galicia" y los atribuyó al modelo de crecimiento "diferente del patrón español", a la "sólida posición de partida después de dos años de crecimiento" y "a la batería de medidas impulsadas por la Xunta". "Más allá del catastrofismo interesado, no aprecié ni un solo dato ni un mínimo argumento que haga pensar que el inevitable contagio adquirirá más gravedad en Galicia que en el resto de España".

Al hablar de catastrofismo, Touriño miró a los escaños populares, "bienvenidas sus propuestas si las hubiese, y su compromiso, si existiese", invitó al lider de la oposición.

La respuesta de Alberto Núñez Feijóo fue una retahíla de estadísticas negativas sobre la confianza de los consumidores, empresarios, el índice de producción industrial, que utilizó para mofarse del análisis de presidente. "Galicia tiene un plus de paciencia", sentenció el presidente del PP, quien calificó a Touriño como el "ciudadano más desinformado de Galicia", al que además culpó de "engañar a la ciudadanía" sobre la crisis durante un año.

Feijóo también acusó al presidente de querer "dar la espantada y convocar elecciones", algo que en su opinión sólo lograron impedir los agentes sociales y el propio PP. Y al final tendió la mano para alcanzar acuerdos en materia de financiación e infraestructuras.

El presidente descalificó la oferta y preguntó al líder del PP si tras sus vacaciones le había entrado una "fiebre asiática pactista" después de una legislatura de dura oposición. A lo que el dirigente popular respondió con una insinuación envenenada: "Pagué las vacaciones de mi bolsillo, me gustaría saber si sus vacaciones también las pagó de su bolsillo".

Y entonces se montó la bronca. En el último turno de réplica, Touriño reprochó la "política basura" del PP, instó a Feijóo a "tener la boca cerrada" y a abandonar su "actitud lamentable y falaz" si de verdad "aspira a ser líder de no se qué". En tono crispado, el presidente anunció que enviaría al Parlamento las facturas de las vacaciones que se pagó de su bolsillo y confió en que para entonces Feijóo "doble la cerviz y pida disculpas". "No puede acusarme impunemente de prevaricación, de pagarme las vacaciones con los impuestos de los gallegos", lamentó. Sólo al final, en las últimas líneas de su discurso, Touriño conminó al PP a trabajar todos juntos. "Nunca le faltará voluntad al Gobierno que presido". Fue el preludio del debate sobre el estado de la autonomía y a la vez la penúltima demostración de la nula sintonía personal entre el presidente y el líder de la oposición.

En sus intervenciones, el portavoz del BNG, Carlos Aymerich, subrayó la mejor evolución de la economía gallega, aunque alertó del riesgo de caer "en triunfalismos absurdos". Defendió el cambio de políticas del bipartito, en especial las que desarrollan las consellerías nacionalistas y abogó por incrementar el autogobierno para tener más instrumentos contra la crisis.

En su turno, el diputado socialista Ismael Rego fue una voz más contra la oposición del PP y en defensa de la nueva Xunta.

Touriño interviene en la tribuna ante la mirada de Varela, Feijóo y Pilar Rojo.
Touriño interviene en la tribuna ante la mirada de Varela, Feijóo y Pilar Rojo.ANXO IGLESIAS

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