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El presunto autor del crimen de Ferrol mató a un taxista en 1999

Manuel Antonio Prado fue condenado a nueve años y pasó siete en la cárcel

La policía logró resolver en apenas unas horas la investigación abierta el pasado lunes, tras el espeluznante hallazgo de dos cuerpos descuartizados en un monte próximo a Ferrol. Dos conocidos toxicómanos, Manuel Antonio Prado Ribeiro, de 32 años, y Adriana Amenedo Carreira, de 26, fueron detenidos a primera hora de la mañana de ayer como principales sospechosos del doble homicidio de una joven pareja de Sada, Claudia Alejandra Castelo Castro, de 26 años, y José Manuel Gómez Rodrigo, de 37, que residían en Betanzos y cuyos cuerpos desmembrados habían sido descubiertos el lunes por un vecino. Los dos arrestados viajaban con su bebé de pocos meses en una furgoneta robada a una de las víctimas, que fue localizada en Ribadeo cuando aparentemente trataban de abandonar Galicia. Prado Ribeiro, principal sospechoso del doble crimen y natural de Carnota, ya fuera condenado a nueve años de prisión por el asesinato en 1999 en Ordes de un taxista de Santiago que murió apuñalado. Estaba en libertad desde junio de 2006.

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Tanto los detenidos como las víctimas residían en Betanzos, que aparece como punto de contacto de un asesinato truculento con la droga como probable telón de fondo. La policía interrogó ayer a los arrestados para intentar averiguar el móvil concreto y las razones del ensañamiento con el que actuaron. Los investigadores también trataban de esclarecer el grado de implicación de cada uno de los dos detenidos, que vivían juntos con el niño que les acompañaba en el momento del arresto. El padre del hombre asesinado, Santiago Gómez Santos, admitió, en declaraciones a Efe, que su hijo tuvo hace tiempo problemas con las drogas, pero se mostró seguro de que ese no fue el móvil del crimen, y apuntó la hipótesis de un robo.

Los cadáveres aparecieron en las inmediaciones de una cantera de Cobas, cerca de Ferrol, desmembrados y con sus restos diseminados y repartidos entre un bidón de agua, una maleta y bolsas de plástico. La policía identificó el cadáver de José Manuel Gómez, nacido en París e hijo de emigrantes retornados, a través de su huella dactilar, según fuentes de la investigación. El asesinado, conocido en Sada como Pachá, tenía antecedentes por traficar con objetos robados. La otra víctima era su novia Claudia Alejandra, de nacionalidad argentina, que trabajaba como camarera en el Moby Dick, un local muy popular en la noche sadense. La rápida identificación de los cuerpos, pese a su estado, puso a las autoridades sobre la pista de una furgoneta Mercedes, registrada a nombre del asesinado, que había desaparecido.

El vehículo fue interceptado sobre las siete de la mañana en Ribadeo en un control de la Guardia Civil. El presunto asesino, que conducía el vehículo, abandonó a su pareja y al bebé en el coche y huyó a pie corriendo por el casco urbano de la localidad lucense, informa Arcadio Silvosa. Logró tomar un taxi y durante unas horas esquivó a la Guardia Civil, que finalmente le localizó al mediodía en la localidad próxima de Lourenzá, donde fue detenido sin que opusiese resistencia. Su pareja ya estaba entonces en Ferrol, adonde fue trasladado también Prado Ribeiro en un furgón policial.

Al menos tres forenses participaron ayer en la compleja autopsia que se les practicó a las víctimas en el hospital Arquitecto Marcide. Fuentes próximas a la investigación estiman que los dos podían llevar muertos "entre tres y cuatro días" ya que los cuerpos empezaban a descomponerse y apuntan que el crimen presentaba detalles tan escabrosos como "restos serrados a cuchillo". Junto a los cuerpos desmembrados, efectivos policiales hallaron dos armas blancas, un cuchillo y un machete. Fuentes judiciales calificaron el doble crimen como un "hecho delictivo gravísimo" al que las fuerzas de seguridad respondieron con "gran agilidad".

La policía cree que el crimen no fue cometido en el lugar donde aparecieron los restos, en un monte alejado de la población de Cobas, en el extrarradio rural de Ferrol. Se supone que, tras matarlos y desmembrar sus cuerpos, fueron llevados allí en la furgoneta propiedad de José Manuel Gómez, en la que se hallaron restos de sangre.

De hecho, la policía trasladó a los detenidos ayer por la tarde a Betanzos para tratar de reconstruir los hechos. La policía local acordonó dos calles, la del Pintor Seijo Rubio, en la que residían los dos sospechosos, y un tramo situado entre Rosalía de Castro y Castelao, donde vivían las víctimas.

Posteriormente regresaron a Ferrol para pasar la noche en los calabozos antes de ser puestos hoy a disposición judicial. Las diligencias las instruye el magistrado Alejandro Morán, titular de la sala de Instrucción número tres de Ferrol, que ha decretado el secreto del sumario.

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