Campos considera inevitable la reforma porque el actual sistema "no funciona"

La reforma del actual sistema de modelos lingüísticos resulta inevitable porque "la realidad ha demostrado que no funciona". Así de categórico se volvió a mostrar ayer el consejero de Educación, Tontxu Campos, al inaugurar el nuevo curso escolar 2008-09 en la escuela Gorondane, en Sondika (Vizcaya). Campos apeló a las exigencias de las leyes de Normalización del Uso del Euskera y de la Escuela Pública para justificar la reforma. Ambos textos establecen que los alumnos deben ser bilingües al finalizar la etapa de enseñanza obligatoria (a los 16 años) y con el sistema que funciona en la actualidad de tres líneas (castellano, bilingüe y euskera) ese objetivo "no se logra".

"Hay que tener claro", resaltó el consejero, "que si estamos dispuestos a respetar el objetivo de alcanzar el bilingüismo. Porque en caso contrario habrá que cambiar las leyes. Creo que nadie quiere modificar la legislación, así que me cuesta entender que alguien plantee lo que no ha funcionado".

A la hora de poder plasmar la reforma en un proyecto de ley y remitirlo al Parlamento, Campos se ha encontrado con varios escollos. PP y PSE, ambos en la oposición, rechazan abiertamente los planteamientos que hasta ahora ha ido esbozando el consejero y que, básicamente, se centran en que todos los centros den al menos el 60% de las asignaturas en euskera. Por otra parte, el PNV, socio de EA en el Ejecutivo, ha empezado a mostrar algunas reticencias en las últimas semanas y aboga por postergar la reforma y hacer pruebas piloto antes.

Al margen de la reforma, el curso se inicia con otras incógnitas, como la plasmación del Mapa Escolar (el documento que ordena la oferta de los centros) y la aprobación definitiva del decreto de Bachillerato, donde se establece el euskera como la lengua vehicular y la religión queda como una extraescolar. Esta circunstancia podría variar, pero los centros han configurado sus calendarios con esta fórmula y dar marcha atrás sería muy costoso.