Hamilton pierde en los despachos
Tras ganar en Spa, el británico es relegado al tercer puesto por saltarse una 'chicane' y el triunfo se lo lleva Massa
El circuito de Spa-Francorchamps respondió a la leyenda que le envuelve y ofreció uno de los mejores espectáculos de la temporada de fórmula 1. Había llovido antes de la carrera y la pista estaba todavía húmeda cuando los monoplazas tomaron la salida. Durante 41 vueltas todo permaneció bajo control. Pero en las últimas tres la lluvia volvió a aparecer y convirtió el final del Gran Premio de Bélgica en una batalla campal que se tomó sus víctimas, recompensó a sus héroes y dio un vuelco trascendental al desenlace de la carrera
Quien mejor se desenvolvió en el caos fue el británico Lewis Hamilton, que pasó el primero bajo la bandera a cuadros. Sin embargo, los comisarios le sancionaron con 25 segundos por saltarse una chicane y sacar ventaja de ello sobre el finlandés Kimi Raikkonen, líder entonces, en la penúltima vuelta, y le relegaron a la tercera posición. McLaren apeló la sanción sin resultado. La victoria fue para el brasileño Felipe Massa y el segundo puesto para el alemán Nick Heidfeld. Fernando Alonso tuvo el podio a tiro hasta el final, pero acabó cuarto. Raikkonen se estrelló.
El líder del Mundial de F-1 ya sólo tiene dos puntos de ventaja sobre el brasileño
Hamilton, sancionado con 25s por perjudicar a Raikkonen, que se estrelló
La estocada que parecía haber lanzado Hamilton al campeonato quedó reducida a la nada. De tener ocho puntos de ventaja sobre Massa y 23 sobre Raikkonen ha pasado a contar tan sólo con dos sobre el brasileño y 19 sobre el finlandés, que queda completamente descartado de la lucha por el título mundial. Los comisarios determinaron, en función de los reglamentos, que la batalla en las últimas cinco carreras sea únicamente cosa de dos: Hamilton y Massa. Raikkonen deberá aceptar un papel secundario en Ferrari y estar dispuesto a ayudar a su compañero cuando el equipo se lo requiera.
La maniobra que causó la sanción a Hamilton se produjo en el tramo final de la carrera, cuando la lluvia hizo su aparición y remodeló todo el decorado. La carrera parecía entonces totalmente definida y la victoria de Raikkonen se daba por cantada. Sin embargo, Hamilton nunca había tirado la toalla. A pesar de permanecer siempre en segunda posición, desde que el finlandés le había adelantado en la segunda vuelta, mantuvo la presión sobre Raikkonen sin permitir que nunca colocara distancias decisivas entre ambos. La batalla por la victoria estaba claramente planteada entre ellos dos cuando faltaban tres vueltas. Massa parecía conformarse con el tercer puesto y Alonso se había asegurado una esperanzadora cuarta posición.
Ésa era la situación cuando la lluvia hizo su aparición sobre el circuito. Pero entonces todo cambió. Hamilton, que ha ganado esta temporada dos carreras bajo el agua -las de Montecarlo y Silverstone-, volvió a mostrar sus cualidades de pilotaje y se acercó peligrosamente a Raikkonen. Las condiciones de la pista eran insufribles, hasta el extremo de que todos circulaban casi fuera de control y mantener el coche sobre ella parecía imposible con los neumáticos de seco. Y, entonces, Hamilton lanzó su ataque, se salió del asfalto, se saltó la chicane y regresó por delante de Raikkonen. Luego, le dejó pasar, pero se mantuvo en el lado bueno de la pista y aguantó la aspiración del Ferrari para adelantarle en la siguiente curva.
El mundo se le nubló a Raikkonen. Estaba desesperado y, en su intento por recuperar su liderato, acabó perdiendo el control tras doblar a Rosberg y se estrelló contra el muro, dejando allí sus aspiraciones de revalidar el título.
Los comisarios entendieron que Hamilton había vulnerado el artículo 30.3 del reglamento de la fórmula 1 porque debió dejar más espacio entre los dos coches. "La sanción es un drive-through, pero como la carrera ya ha finalizado se le aplican 25 segundos de penalización", especificaron en el comunicado. Aquello le convirtió en tercero. La victoria fue para Massa y Heidfeld, que acertó en cambiar sus neumáticos a dos vueltas del final y colocar los mixtos de lluvia, subió al segundo escalón del podio. Alonso cambió neumáticos una vuelta más tarde y perdió la posibilidad de subirse al cajón. El alemán le superó y el español concluyó cuarto tras una remontada espectacular en la última vuelta. El campeonato sigue vivo. Los jueces lo decidieron así.
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