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BRITISH ENERGY | Laboratorio de ideas

Que salten chispas

El Gobierno británico debería revitalizar la operación entre EDF y British Energy. Los ministros quieren que el grupo francés, líder mundial en la energía nuclear, se haga cargo de su rival británica más atrasada. Modernizar y ampliar el sector de las centrales nucleares británicas tenía sentido hace años: aumentar la seguridad energética y reducir las emisiones de carbono. Tras lo de Georgia, la necesidad de evitar volverse más dependiente del gas ruso (en la actualidad sólo supone una pequeña porción de las necesidades energéticas británicas) es especialmente importante.

La junta directiva de British Energy rechazaba la oferta de 14.800 millones de euros hecha por EDF el mes pasado porque dos inversores, Invesco Asset Management y M&G Investments, exigían un precio más elevado. El Gobierno necesita ahora ser más activo para salirse con la suya. Un modo de presionar sería ejercer su derecho a recibir acciones de British Energy y nombrar consejeros.

EDF ofrecía 9,43 euros en metálico u 8,63 euros por acción con un edulcorante de Derechos de Valor Contingente (DVC) que se harían efectivos si British Energy cumpliera objetivos de resultados. Algunos accionistas piensan que los precios energéticos se mantendrán altos, lo cual pondría el valor de EDF en torno a los 13,5 euros por acción.

Todos los actores británicos -British Energy, Centrica y el Gobierno- se comportan como si sólo EDF pudiera dar el siguiente paso. Pero EDF ya aumentó su oferta una vez. Parece reacia incluso a superar los 9,86 euros por acción. Modificar el elemento de DVC podría ayudar, aunque la diferencia de valoración es grande.

Sin embargo, la operación no se basaba sólo en el precio. EDF quiere una absorción pactada y confiaba en que la junta directiva de British Energy recomendase la oferta. Algo que no hizo cuando surgió la oposición. De manera fundamental, el Gobierno británico no tenía influencia directa en el asunto. Tiene derecho a un 35% del flujo de caja neto de British Energy, pero no dispone de derecho a voto ni de consejeros en la junta directiva, aunque el derecho al flujo de caja puede convertirse en una participación de acciones del 35% en cualquier momento y sin costes.

Eso es lo que el Gobierno británico debería hacer y exigir consejeros. Hay demasiado en juego para dejarlo todo en el campo de EDF. Si el Reino Unido se toma en serio la seguridad energética, debe intervenir. Si eso hace que salten chispas, que así sea.

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