_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Hípica, vela y golf

Junto con el calor y la crisis algunos asuntos han venido a demostrar que el verano es algo más que una pausa. En medio de graves problemas financieros, con aumento del desempleo en el mundo, subida de los precios de las materias primas, crisis energética, guerras y catástrofes, cuando miles de expertos se devanan los sesos para encontrar una solución al problema que iniciaron las hipotecas basura en el verano pasado, en medio de este torbellino hemos visto algo de luz al final del túnel. Mientras miles de cabezas de huevo se devanan los sesos, a nadie se le ha ocurrido la feliz idea de preguntar al que sabe. Ha sido menester que el presidente de la Junta de Andalucía llame a la concertación social para que el presidente de los empresarios andaluces, Santiago Herrero, haya dicho cómo acabar con la crisis económica en el mundo: más golf, más hípica y más vela. Ya lo saben las autoridades monetarias, los bancos y los ministros de economía. El pasmo de Andalucía ha hablado. El oráculo de la economía nos ha dicho que por la vía de los deportes de elite vamos a acabar con la crisis. La gente está llena de prejuicios y no es capaz de entender la altura intelectual y la profundidad de las propuestas del representante de los empresarios. No tiene nada que ver, por supuesto, con que a él mismo le pueda gustar la práctica de tales deportes, aunque por lo que se ha visto, sí frecuenta las fiestas que se desarrollan de manera paralela junto a campos de golf, puertos deportivos y playas donde compiten los caballos. Sólo los mal pensados pueden llegar a la conclusión de que el presidente de los empresarios ha pasado el verano mejorando su handicap o asistiendo a fiestas benéficas. Es la clarividencia de quien briega todos los días con familiares en el Servicio Andaluz de Empleo, con quien estudia nuestra realidad, con quien sufre en silencio (como las hemorroides) con la crisis que afecta a tantos ciudadanos. Golf, vela e hípica es el tridente de la economía desarrollada, el futuro de nuestra tierra. Todo ello junto con la hostelería y el negocio inmobiliario que debe haber en torno a estos tres populares deportes. Así que ya sabe la Junta de Andalucía la fórmula. Y ya saben los sindicatos, comprados por los subsidios del malvado poder socialista, que no hay más camino que el del swing y el turf. Puede que no entiendan nada, pero eso es porque no frecuentan las fiestas que jalonan nuestro litoral. Los sindicatos, aunque vendidos al poder, podrían proponer medidas como convertir actividades populares en deportes de elite: la recogida de tagarninas, la captura de cangrejos moros, el mus o el levantamiento de tintos de verano. Parece que es un camino que conduce a la superación de la crisis económica, al menos en la versión de la profundidad intelectual de Santiago Herrero. El verano trae este tipo de cosas.

Ahora que para descubrimiento veraniego el del alcalde de La Línea, del PP, que ha hecho pública una nota de prensa en la que afirma que quizás el abogado Rodríguez Menéndez se esconde en su pueblo. No ha dicho cómo ha llegado a tal conclusión, si tiene algún dato en el que basarse, si está jugando al golf o navega de bolina, pero alerta a las fuerzas de orden público. Como todo puede ir peor el alcalde de Chiclana, también del PP, ha sido multado por su propio Ayuntamiento por una irregularidad urbanística y su partido ha cerrado filas de manera inmediata con el argumento de que es como si fuera una multa de tráfico. Ya recibió una inspección de trabajo por tener en su empresa trabajadores sin contrato y ahora ha abierto una nave sin permiso. Es como si Pedro Solbes no hiciera la declaración de la renta. Se ve que el sol veraniego es inclemente y afecta al buen juicio. Nada se sabe si en los campos de golf de Chiclana despliega su put Ernesto Marín, fabricante de muñecas de la España profunda e irregular alcalde de la ciudad. Por ahora va a pasar a la historia como alguacil alguacilado apoyado por radicales izquierdistas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_