El último eslabón
Entre lluvia y relámpagos, el presidente de la Xunta puso por primera vez los pies en la isla de Sálvora y recorrió parte de su ecosistema. Emilio Pérez Touriño anunció un plan para recuperar un antiguo asentamiento humano, su famoso faro y el castillo que alberga las ruinas de lo que hace dos siglos fue una próspera fábrica de salazón, la primera que se fundó en Galicia, y que luego se convertiría en la residencia de veraneo de su último propietario, el marqués de Revilla.
Con 190 hectáreas, el archipiélago tiene una superficie rocosa que rodea prácticamente todo su perímetro. La flora y fauna del archipiélago que preside Sálvora son una de las más peculiares de todo el parque natural. El plan de recuperación contempla el control de algunos caballos salvajes, conejos de monte y algún ciervo.
Las visitas controladas ya comenzaron funcionar, al igual que en Cíes, Ons y Cortegada. Un paraje excepcional a una hora de travesía desde Cambados, un trayecto de aguas más tranquilas que desde Aguiño, el punto más próximo de la isla.
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