Miss Kittin pincha en Barraca
La francesa Caroline Hervé, conocida como Miss Kittin, se ha convertido en la pinchadiscos femenina internacional de referencia gracias a su combinado de actitud provocativa, aureola de diva, dominio escénico y radical conocimiento musical. Esta noche actúa en la sala Barraca de Sueca, y debe ser entendido como algo relevante, ya que Kittin es también cantante -hace poco ha publicado un disco, Batbox-, algo que da solidez a sus espectáculos.
Su caché es el más alto que cobra una mujer discjockey -alrededor de 10.000 euros- y sobre ella se ha tejido un mito que entremezcla leyendas urbanas con verdades. Por ejemplo, es cierto que Miss Kittin es bastante amiga de la seguridad porque es una pinchadiscos cerebral: necesita concentración y no le gusta que el público haga el mono a un palmo suyo.
Pero es falso que sólo beba champán francés cuando pincha. "De hecho, no bebo cuando actúo", declaró a este periódico. Impulsó la moda de la música llamada electro, llena de guiños a lo sexual y a los sonidos retro, pero ahora se ha convertido en una especialista en música de baile en general y en un símbolo de masas. Su conexión con España se establece a través del festival Sónar, y gozarla en Valencia es algo casi imposible.
Sólo vino una vez, hace años, y al mismo club, acompañada entonces por el músico The Hacker. Si bien como cantante suele tontear con estilos más pop o neo-góticos, como pinchadiscos muestra sus bazas más apabullantes, que le hacen acercarse a sonidos más introspectivos y mentales de ayer y de hoy. Kittin es, sin duda, la única mujer capaz de medirse de igual a igual con los gigantes masculinos de las cabinas que cobran decenas de miles de euros en Ibiza o Dubai.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.