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Crítica:cine
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Decepcionante corrección

La adaptación al cine de Los girasoles ciegos, único libro del fallecido Alberto Méndez, palabras mayores en la literatura española contemporánea, conllevaba desde un inicio unas decisiones que afectaban tanto a la mecánica de la producción como al delicado arte de la creación. Cuatro cuentos ambientados en la pos Guerra Civil española, aparentemente independientes, cuyas historias quedan finalmente entrelazadas. Un reto complicado, un reto esperanzador. Unir todas ellas hubiera necesitado de una ambiciosa producción cercana a las tres horas, seguramente carísima y de complicada solvencia comercial. Primer recorte: Los girasoles ciegos, película, se estrena hoy como adaptación de dos de los cuentos de Méndez, aunque uno de ellos visiblemente reducido, con dirección de José Luis Cuerda, y guión de éste y del fallecido Rafael Azcona. Un filme correcto, desgarrador sólo en su atroz final, sensiblemente menos sutil que su original literario, algo más maniqueo y, sobre todo, decepcionante en lo que se refiere a la adaptación del segundo de los relatos del libro, el dedicado a la huida de los adolescentes. De hecho, parece como si la descorazonadora historia paralela sólo se hubiese añadido al núcleo central (el último y más largo de los cuentos de Méndez) para justificar parte del entramado de éste: la intriga de la delación por parte del cura. Mal interpretada, mal montada (¿para qué sacar un único plano de la vaca que encuentra el chaval, si luego no se le va a sacar jugo dramático al animal?) y peor resuelta en su desenlace (no sólo por el cambio argumental, que también, sino porque el impudoroso plano del bebé acribillado está a años luz de la poesía del texto de Méndez), la adaptación al cine de los soliloquios del poeta y su calvario en el bosque, un reto creativo, son un fracaso.

LOS GIRASOLES CIEGOS

Dirección: José Luis Cuerda.

Intérpretes: Maribel Verdú, Raúl Arévalo, Javier Cámara, Roger Príncep, Irene Escolar, José Ángel Egido.

Género: drama. España, 2008.

Duración: 96 minutos.

En la traslación del cuarto relato de Méndez, corazón del filme, hay más aciertos que errores

En cuanto a la traslación del cuarto relato de Méndez, el verdadero corazón de la película, los aciertos son mayores que los errores. La conversión de los monólogos del cura en diálogos con su superior tiene enjundia, humanidad y cercanía, sobre todo por la acogedora interpretación de José Ángel Egido (enfrentado a un Raúl Arévalo monocorde). Azcona y Cuerda también han hecho bien en desechar el único pasaje seudohumorístico del libro, y todo lo concerniente al personaje del padre escondido en el armario resulta implacable por su heladora desazón. Sin embargo, demasiadas cosas se hacen en la pantalla más explícitas que en la letra de Méndez ("He fusilado, he rematado a los hombres con mi pistola", en la pantalla; lo que en el cuento era: "Contribuí con mi sangre a transformar el monte Quemado en un monte Exterminio"), y el dolor reprimido de los personajes resultaba mucho más sangrante que algunas de las explicitudes de una versión quizá correcta para los que no hayan leído Los girasoles ciegos, pero decepcionante para los que pensamos que ahí había una película histórica para nuestro cine y nuestra sociedad.

Raúl Arévalo y Maribel Verdú, en un fotograma de <b><i>Los girasoles ciegos.</b></i>
Raúl Arévalo y Maribel Verdú, en un fotograma de Los girasoles ciegos.

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