Carmen Lazo, diputada chilena
Se forjó en las luchas sociales acompañando a Allende
A Carmen Lazo Carrera, la ex diputada socialista fallecida la semana pasada a los 87 años, miembro del comité central de este partido y defensora de los pobres, casi todos la llamaban cariñosamente La Negra Lazo. Una de las excepciones era el presidente Salvador Allende, que le decía morena, en lo que para el ex ministro Jorge Arrate, también socialista, era un eco de la canción republicana española, Dime dónde vas, morena.
Fue una especie de Pasionaria del Gobierno de Allende (1970-1973), militante socialista desde los 13 años y durante 74 años seguidos, hasta su fallecimiento, cuando la sorprendió un ataque cardiaco en el aeropuerto de Santiago, donde había llegado después de cumplir tareas partidarias.
Cientos de personas fueron a su despedida, después de que el cortejo marchara junto a La Moneda. En el salón de honor del edificio que el Congreso Nacional tuvo en Santiago, la presidenta Michelle Bachelet hizo guardia al lado del ataúd con los restos de Lazo y destacó "la fuerza, valor y entusiasmo" de la parlamentaria, una mujer "consecuente y luchadora".
Hija de una familia de mineros, se forjó en las luchas sociales, acompañando a menudo a Allende. En más de una ocasión la golpeó la policía militarizada de carabineros, cuando acompañaba marchas de obreros, pobladores y estudiantes.
Era de las socialistas que salían a las calles para luchar por los derechos de los desposeídos, sin pelos en la lengua ni diplomacia, con lenguaje directo, a veces agresivo, otras humorístico: "¿Por qué no se van un rato a la cresta? Yo defiendo a los de mi clase con las armas que tengo", respondía a sus críticos. Una franqueza que al fallecer todos le reconocieron.
Fue parlamentaria durante tres periodos consecutivos en la democracia chilena que los militares cercenaron en 1973. Bachiller en letras y experta en seguridad social, podía debatir en la Cámara de Diputados de igual a igual con cualquiera.
Genuina representante del socialismo de la democracia anterior a la dictadura, Lazo acompañó todas las campañas de Allende, fue protagonista en el ascenso de las movilizaciones sociales y se anticipó a muchas reivindicaciones de las mujeres.
El golpe militar de septiembre de 1973 truncó su carrera. Lazo, que apareció en los diarios en la lista de las personas más buscadas por los militares, tuvo que partir al exilio que en su mayor parte vivió en Venezuela. Tras esa ausencia sacrificada, regresó a un país donde las nuevas generaciones no la conocían, y en el que su estilo franco parecía fuera de lugar.
Fracasó en dos intentos para regresar al Parlamento en la democracia recuperada en 1990. Vivía modestamente y nunca perdió el afecto de los más pobres, aquel que llevó al periodista Lira Massi a escribir: "No hay caso con La Negra. Lástima que el Partido Socialista tenga una sola".
Siempre comprometida con la defensa de las víctimas de violaciones de los derechos humanos, la presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Mireya García, lamentó la muerte de Carmen Lazo: "Tenemos una amiga menos, una compañera menos, un apoyo menos en nuestra lucha".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.