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Schuster: "Sigo contando con Robinho"

Eleonora Giovio

Césped nuevo, locutor nuevo, pero viejas costumbres. El Madrid volvió a pisar el Bernabéu y a demostrar que tiene carácter, fuerza y fe, la que le hizo ganar con dos jugadores menos. De momento, a falta de esos refuerzos que Bernd Schuster lleva pidiendo desde hace dos años, tira de eso.

Robben, al que Schuster casi mata a abrazos, dice que la garra del Madrid es fruto del trabajo. "La segunda parte ha sido fenomenal. Marcamos goles con diez y nueve jugadores... Parecía que todo daba igual. Y es así: no pasa nada porque somos el Madrid y sabemos trabajar duro. La calidad hace el resto", explicó el holandés. Para el técnico, todo viene de lejos, del curso pasado: "Un equipo tiene que tener una mentalidad y nosotros llevamos desde la temporada anterior demostrando que la tenemos. Me esperaba esa reacción positiva. Todos los jugadores han seguido creyendo que se podía ir a por el partido".

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La victoria, según Schuster, fue por la voluntad y el atrevimiento táctico. "Nunca había vivido esto. Ni como entrenador ni como jugador. Pero sé que para aprovecharse de la ventaja numérica hay que tener virtud. Algunos equipos no la tienen. Y el Valencia no la tuvo", matizó.

Antes de marcharse, Schuster aclaró la situación de Robinho, que ha declarado públicamente su deseo de irse del Madrid al Chelsea, y mandó un recado al presidente, Ramón Calderón. "Fui yo quien decidió no poner a Robinho. Es un caso incomodo, pero espero que se resuelva porque yo sigo contando con él y quiero que forme parte de este proyecto. Le convoqué porque nunca se sabe lo que va a pasar y quería que estuviera cerca del grupo".

Schuster no se resigna a quedarse sin Robinho igual que no va a cerrar los ojos ante la victoria. "La base del equipo es buena, pero vamos a ver si se puede fichar a alguien. Al Madrid siempre le cuesta más que a otros", se despidió.

Robinho sufrió por la mañana sonoros pitos e insultos por parte de aficionados en el propio estadio antes de subirse al autocar con sus compañeros y luego a la llegada al hotel de la concentración. La tercera pitada fue por la noche, cuando el locutor coreó su nombre en los preliminares del encuentro. El delantero tomó precauciones para pasar inadvertido. No salió a calentar con los suplentes y fue el último en sentarse en el banquillo. Lo hizo cuando los dos equipos ya se estaban saludando en el centro del campo. Pero una avalancha de fotógrafos se fue hacia él.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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