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Bernanke admite que la tormenta financiera sigue viva un año después

El presidente de la Reserva Federal dice que es la situación más difícil que recuerda

La tormenta financiera no ha remitido. Así arrancó su ponencia el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, ante la conferencia anual que convoca el banco central de EE UU en Jackson Hole (Wyonming). El jefe de la autoridad monetaria, que se topa con la situación "más difícil que recuerdo", anticipó que la economía seguirá débil por el impacto de la crisis en el mercado de crédito, aunque se mostró confiando en una moderación de la inflación.

Ben Bernanke dijo hace un año en ese mismo foro que los problemas que estaban empezando a aflorar en la banca de inversión se ceñían al sector inmobiliario e hipotecario, y descartó salir al rescate de las entidades en dificultades para proteger así a los inversores. Los eventos cambiaron inevitablemente su forma de pensar.

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Desde entonces, la Reserva Federal rebajó tipos a un ritmo de vértigo, del 5,25% al 2% en seis meses, concedió préstamos a tipos favorables a la banca de inversión y negoció con JP Morgan Chase la compra de Bear Stearns. Entre tanto, la crisis en el mercado de crédito se fue dispersando y acabó tocando al resto de la economía. "Un año después, hay muchos retos por delante", dice ahora.

Bernanke confirmó lo evidente ante el foro: "Los efectos [de las turbulencias financieras] en el conjunto de la economía se están haciendo visibles en la forma de una ralentización de la actividad económica y en el alza del desempleo". El alza de la inflación, explicó, se sumó a un coctel que según él crea "el clima económico y monetario más complicado en la memoria reciente".

El presidente de la Fed dejó entrever, sin embargo, que no se plantea una subida de tipos de interés, porque dijo le "anima" ver que el precio de las materias primas tiende a caer, y también que el dólar se estabiliza. "Esto debería hacer que la inflación se modere a final de este año y el que viene", remachó Bernanke, por lo que los tipos podrían permanecer en el 2% lo que queda de año.

Nadie anticipó hace un año esta secuencia de acontecimientos. La Fed aprovechó el huracán para redefinir su relación con Wall Street y dotarse de nuevos poderes para garantizar la estabilidad de los mercados. Y ahí concentró el grueso de su discurso. Bernanke defendió el rescate Bear Stearns como una acción que "era necesaria y justificable bajo las circunstancias del momento".

Buffett no ve salida

La atención del mundo financiero se dirige ahora hacia el estado de los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac, y en concreto en la manera en la que deben resolverse los problemas de estas entidades semipúblicas, que avalan la mitad de las hipotecas en EE UU. Las dos firmas buscan inversores privados para dotarse de capital con el que compensar las abultadas pérdidas.

Pero la intervención del Departamento del Tesoro se da por segura en Wall Street, lo que podría acabar espantando a posibles interesados, que no quieren ver como sus acciones pierden todo su valor. El inversor Warren Buffett cree que no hay otra salida, porque dice que ni el Gobierno ni el Congreso de EE UU pueden permitirse que acaben quebrando.

"Están buscando ayuda, evidentemente. Pero la dimensión de la ayuda que necesitan es tal que no creo que pueda venir del sector privado", dijo el oráculo de Omaha durante una entrevista. El inversor insiste en que las dos entidades son demasiado grandes para quebrar, una expresión que no le gusta escuchar a Bernanke.

En el foro financiero y académico reunido en Jackson Hole no hay consenso sobre cómo hacer frente al reto al que se enfrentan las dos hipotecarias, y los comentarios de Ben Bernanke volvieron a castigar a los títulos de Fannie y Freddie, que perdían a media jornada cerca de un 10%, porque puso en evidencia que la Fed tampoco tiene una solución mágica que poner sobre la mesa. Ahora es una cuestión de tiempo ver cómo reacciona el Tesoro.

Bernanke, tras el presidente de la Reserva Federal de Nueva York y el vicepresidente de la Fed.
Bernanke, tras el presidente de la Reserva Federal de Nueva York y el vicepresidente de la Fed.BLOOMBERG

Un año de crisis

- La crisis de las hipotecas basura, que ha contagiado al sistema financiero, estalló en EE UU el 9 de agosto de 2007.

- Ha causado un agujero de más de 578.000 millones de euros entre pérdidas y provisiones en bancos de EE UU, Europa

y Asia.

- Tras las turbulencias financieras, Bear Stearns fue vendido a JPMorgan, Northern Rock fue nacionalizado, y las hipotecarias Freddie Macy Fannie Mae tienen un futuro incierto.

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