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Reportaje:FAMILIA NÚÑEZ | Catástrofe aérea en Madrid | Las víctimas mortales

"Iban a bautizar a su hijo. Todo estaba listo"

Los puros sin repartir. Los regalos sin entregar. El bautizo de Javier ya no se celebrará. El bebé, de tres meses, volaba a Gran Canaria con sus padres, Javier Núñez y Zenaida del Pino Hernández. La pareja -él madrileño de 23 años, ella canaria de 19- quería bautizar en Las Palmas a su primer hijo. Allí les esperaba toda la familia y los amigos de Zenaida. En el avión viajaba también María, hermana de Javier, de 19 años. Hoy debían viajar hacia las islas, en otro vuelo, los padres de Javier y de María y algunos otros invitados a la fiesta.

Todo se torció poco antes de las tres de la tarde del miércoles. Javier senior y Olvido ya no viajarán al bautizo de Las Palmas. El miércoles pasaron la noche entera en el Ifema, velando los cadáveres de sus hijos, su nuera y su nieto. La madre de Zenaida ni siquiera pudo coger el avión que Spanair habilitó para que los familiares de los pasajeros canarios volaran a Madrid. "Sufrió un shock y han tenido que ingresarla", explica con los ojos rojos Israel, amigo de los fallecidos. No para de repetir que sus tres amigos viajaban para bautizar el pequeño: "Iban al bautizo del crío. Todo estaba preparado". La hermana gemela de Zenaida sí está en Madrid. "Destrozada", cuenta Israel.

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Un reguero de familias destrozadas

María y Javier trabajaban juntos. Ambos llevaban el bar que sus padres tienen en el barrio de Arguelles. Zenaida no tenía empleo.

Proyectos

"El proyecto de Javier era montar un nuevo restaurante y quedarse definitivamente con Zenaida y su niño a vivir en Madrid. Se casaron hace un año. El bar era muy conocido porque allí iba la peña del equipo de fútbol de Valladolid, de donde era el abuelo del bebé", relataban a media tarde, aún en Ifema, otros amigos de las víctimas.

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Javier, contaban, era muy aficionado a los libros sobre los caballeros templarios, y le volvían loco los ordenadores. Él y Zenaida vivían con la hermana y los padres del chico en el mismo piso de la calle Benito Gutiérrez de Madrid. Todos juntos: los abuelos, los padres y la tía del pequeño Javier. Un hogar al que, cuando todo pase, volverán solos Javier y Olvido. Los cuerpos de Javier y María serán enterrados en Calzada del Coto (León). Nacieron en Madrid pero han pasado muchos veranos en este pueblo, el de sus padres y abuelos.

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