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Reportaje:PEKÍN 2008 | Juegos de la XXIX Olimpiada

Un valor seguro para un reto enorme

David Cal aspira a ganar el oro en C-1 500 y en 1.000 metros

Robert Álvarez

A David Cal no le gusta demasiado hablar, ni falta que le hace, porque los resultados le eximen de cualquier comentario y de la cháchara que tanto le incomoda. La actuación del piragüista de Cangas de Morrazo (Pontevedra, 1982) ha sido rotunda en las eliminatorias de C-1, tanto en la de 1.000 como en la de 500 metros, de manera que ha alcanzado las finales sin necesidad de pasar por las semifinales.

No tuvo rival en la distancia más larga y se vio exigido en la corta porque salió "demasiado despacio" y no le quedó más remedio que espabilar para ser primero en la meta después de un espectacular remonte. Ya dejó dicho al llegar a Pekín que aspira a ganar las dos melladas de oro y no le valen las excusas.

"Jamás se escaquea, siempre es el que más se entrena", afirma su entrenador

Hoy (9.45 horas en España) parte como el máximo favorito en la de 1.000 metros, juntamente con el húngaro Attila Vadja, y mañana disputará la de 500, que se prevee más disputada, sobre todo por la presencia del ruso Maxim Opalev. Doble medallista olímpico en Atenas y campeón mundial en 500 y tercero en 1.000 en Duisburgo, Cal no ha hecho concesiones a diferencia de sus adversarios. El chino Wenjum Yan ha sido bastante irregular, el mexicano Everardo Cristóbal se ha quedado fuera de todas las finales y el vigente campeón olímpico de 500, el alemán Andreas Dittmer, de 36 años y poseedor de cinco medallas, sólo ha obtenido, y de forma apurada, una plaza para disputar el título de 1.000 metros.

Asegura Cal desde el Parque Olímpico de Remo y Piragüismo de Shunyi que sus sensaciones son momentáneamente mejores que las que tuvo en Atenas. Adelgazó unos ocho kilos y ha venido trabajando con dos palas gemelas después de pasar 50 días en el embalse salmantino de Saucelle -"una jaula de oro"- para adaptarse a las temperaturas de Pekín. La preparación parece que ha sido la adecuada y tampoco tiene aparentemente problemas con su canoa de 5,20 metros de largo y 16 kilos de peso. Denunció ciertas dificultades al inicio, incluso llegó a marearse, y le sobresaltó ser el abanderado español -"la ilusión fue muy grande, pero a efectos de rendimiento personal me descentró un poco"-, pero ahora afirma que está a punto, impresión que ratifica su técnico Suso Morlán.

"David jamás se escaquea, siempre es el que más se entrena, incluso siendo el campeón", reitera Morlán, que recuerda como Cal fue suplente en los Juegos de Sidney y al año siguiente le obligaron a entrenarse con el equipo nacional en Sevilla hasta que consiguieron picarle y sacar lo mejor de sí mismo, como se comprobó en Atenas. "A mí no me importa ni me interesa lo que hagan los rivales, solamente trato de prepararme mejor que los demás y al final simplemente se trata de ir más rápido. Así de sencillo y así de difícil", sentencia Cal, consciente de que ningún español ha conseguido hasta el momento tres medallas de oro en unos Juegos Olímpicos.

De la misma manera que David Cal aspira a ser doble campeón olímpico en Pekín -en Atenas ganó la medalla de oro y la de plata-, el equipo de K-4, formado por Beatriz Manchón, Jana Smidakova, Sonia Molanes y Teresa Portela buscarán el primer metal del piragüismo olímpico femenino español. El objetivo es mejorar el quinto puesto de los últimos Juegos, una vez que se da por seguro que el título se lo disputarán Alemania y Hungría, dos equipos muy por encima de los demás.

Eliminadas Teresa Portela en K-1 y Beatriz Manchón y Sonia Morlanes en k-2, el otro equipo español clasificado para la final es el del K-2 formado por Saúl Craviotto y Carlos Pérez Rial.

David Cal, con su canoa de C-1 1.000 metros.
David Cal, con su canoa de C-1 1.000 metros.EFE

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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